El patrón mayor de la cofradía de Noia pedirá reunirse la semana que viene con responsables de la Consellería do Mar para reclamar una indemnización por las pérdidas que, según asegura, se debieron a que la presencia de toxina en la ría se detectó "tarde".

El pósito estima en más de 300.000 euros el coste de haber tenido que destruir los lotes de berberecho recolectado los dos primeros días de campaña, el lunes 7 y el martes 8 de octubre, que ya habían sido vendidos a los operadores.

El día siguiente, el miércoles 9, el Instituto Tecnolóxico para o Control do Medio Mariño (Intecmar) decretó un elevado número de cierres en polígonos de cultivo de mejillón y también en zonas de marisqueo, como fue el caso de las tres áreas con las que cuentan en Muros y Noia.

Ahora, desde este viernes, la zona II, "donde más marisco hay", entre berberecho y almeja, vuelve a estar abierta para la extracción, y los más de 1.500 mariscadores que faenan en esta ría volverán a los arenales a partir del lunes. "Con normalidad", destaca el patrón mayor, Santiago Cruz, en declaraciones a Europa Press.

Cruz constata que el nivel de toxicidad "ya bajó", y es que la cofradía ha contratado a una empresa privada que realizará analíticas de las aguas cada dos días hasta enero, época fundamental de la cosecha. "Cuanto más control haya, mejor", subraya, sin ocultar su malestar con respecto al trabajo del Intecmar.

Fue un fenómeno "muy virulento"

La consellería, sin embargo, niega rotundamente que se produjese un retraso en el momento de comunicar el cierre. "No hubo retraso. Lo que ocurre es que fue un fenómeno —el de toxicidad— totalmente natural pero muy virulento. Tan pronto se tuvo constancia, fue cuando se cerró", argumentan fuentes del departamento de Rosa Quintana consultas por Europa Press.

De hecho, la conselleira Quintana ha llamado la atención en reiteradas ocasiones sobre el prestigio y reputación del Intecmar, organismo de referencia internacional en materia de control de las aguas marinas.

"responsabilidad" del intecmar

Del lado contrario, el responsable de la cofradía de Noia cree que "hubo una responsabilidad del Intecmar", pues la toxina "se detectó tarde" y eso fue lo que "ocasionó todas las pérdidas". "Era mejor no ir al mar", señala, antes de advertir que para el futuro es "mejor corregir errores".

Ya con la vista puesta en los próximos días, en que los mariscadores de los pósitos de Muros y Noia retomarán la campaña, Santiago Cruz mantiene la prudencia en cuanto a las expectativas. "A ver si se va como antes, si el precio en la subasta sigue bien. Eso depende de los compradores, pero parece que tienen ganas", comenta.

Respecto a la situación del molusco, fundamentalmente berberecho, pero también almeja, después de las lluvias de los últimos días valora que hubo "muy poca" mortandad provocada por las precipitaciones, que calcula entre un 2 y un 5% y aunque cree que "estos días aún puede morir alguno".