Las familias desalojadas recogen sus pertenencias

Las 34 familias de Erandio desalojadas trasladaron ayer sus cosas a los pisos de Astrabudua donde vivirán ahora. «Lo lógico es que les den otra casa».
Las 34 familias desalojadas en Erandio comenzaron ayer a recoger sus pertenencias.
Las 34 familias desalojadas en Erandio comenzaron ayer a recoger sus pertenencias.
Las 34 familias desalojadas en Erandio comenzaron ayer a recoger sus pertenencias.
Las 34 familias desalojadas en Erandio comenzaron ayer a recoger sus pertenencias. Durante todo el día, un camión de mudanzas entró y salió de la calle Vega de Altxaga transportando muebles y  otros enseres desde los portales 7 y 9 hasta los pisos nuevos de Astrabudua en los que han sido realojadas la mayoría. Lo mismo ocurría en el número 4 de la plaza de San Agustín.

Estas familias han tenido que abandonar precipitadamente sus hogares debido a los daños que la construcción de unas 175 viviendas en el solar contiguo estaba ocasionando en su edificio.

Los que no han sido realojadas en los pisos proporcionados por la constructora Abaroa, cuyas obras originaron los desperfectos, en  Astrabudua, se encuentran instaladas en hoteles a la espera de que les asignen un piso provisional. «En algunas viviendas faltan tres o cuatro cosas por ultimar, como la instalación de luz o agua, pero esperamos que se puedan instalar cuanto antes», declaró un portavoz del Ayuntamiento.

La noticia estuvo durante toda la jornada de ayer en boca de todos los vecinos del barrio, que recibieron con sorpresa la rapidez con la que se habían desarrollado los acontecimientos. «Es un fastidio que te hagan esto», comentaba una señora mientras buscaba por la fachada alguna de las grietas que obligaron al Ayuntamiento a tomar la decisión de desalojar a las 120 personas que vivían en el edificio.

«Si les han echado de sus pisos, lo lógico sería que les dieran otro, por lo menos, igual, lo antes posible», decía Teresa Sánchez, una vecina del barrio.

De 12 a 18 meses de espera

Los 120 vecinos desalojados van a tardar en recuperar su vida normal. En principio, tendrán que esperar un mes a que se elabore el informe que decida si el edificio se declara en ruina y hay que derribarlo. En caso de que esto no se produzca, habría que apuntalarlo antes de que pudieran volver y, si finalmente hay que tirarlo, tendrían que aguardar a que les asignen una nueva vivienda. En cualquiera de los dos casos, la espera puede ser de entre 12 y 18 meses.

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