El consejero de Interior, Ramon Espadaler, ha anunciado este miércoles que su departamento ha abierto una "información reservada" tras la muerte de un empresario en el barrio del Raval de Barcelona después de ser reducido con violencia por agentes autonómicos.

Juan Andrés Benítez, miembro de la Asociación Catalana de Empresas para Gays y Lesbianas (ACEGAL), murió el pasado día 5 en la calle Aurora del Raval tras pelearse con otro hombre y ser reducido por la fuerza por los Mossos d'Esquadra. Este miércoles han trascendido dos vídeos en los que se ven a varios agentes pegando a la víctima.

Espadaler ha pedido no caer en la precipitación y ha recordado que "no se pueden juzgar las actuaciones policiales por unas imágenes ni a golpe de titular". "Los primeros interesados en que se resuelva el caso es el Govern, el Departamento de Interior, los Mossos y la ciudadanía, que tiene el derecho a saber exactamente qué ha pasado", ha agregado el consejero, quien ha pedido no realizar juicios paralelos.

El consejero ha participado en la sesión de control al Ejecutivo de Artur Mas en el Parlamento catalán, durante el cual el grupo parlamentario del PSC ha presentado una enmienda a una moción de seguridad para pedir la destitución del director general de los Mossos, Manel Prat.

En el Pleno, el grupo socialista ha presentado una enmienda a la moción subsiguiente a la interpelación al Ejecutivo de Artur Mas sobre las políticas de seguridad, a demanda del PPC. En la enmienda, los socialistas añaden un punto en el que "insta al Govern de la Generalitat a cesar en su cargo al director general de la Policía, Manel Prat".

"Son demasiado terribles las imágenes de la detención en el Raval. O Manel Prat dimite hoy o tendremos que pedir responsabilidades a quien lo mantiene en el cargo", ha dicho en su cuenta de Twitter el diputado socialista Xavier Sabaté.

El diputado de la CUP David Fernández, quien ha recordado el caso de Ester Quintana —la mujer que perdió un ojo durante la huelga general— también ha pedido explicaciones a Mas por la "brutalidad policial", un problema "enquistado" en la comisaría de Ciutat Vella que los vecinos denuncian desde hace muchos meses.

El presidente le ha pedido paciencia hasta conocer "toda la secuencia de los hechos". Ha asegurado que no permitirá "ningún encubrimiento", como le ha reclamado Fernández, pero a cambio le ha pedido "ningún prejuicio sobre el funcionamiento de una policía democrática".