La superficie esquiable se ha multiplicado y, además, las bajas temperaturas han permitido fabricar más nieve artificial. En Formigal, los espesores llegan a los 60 centímetros y tienen previsto poner en funcionamiento 17 remontes y 30 pistas en las zonas de Portalet, Anayet, Izas, Sarrios y Sextas, con 33 km de superficie esquiable.

En Cerler, ayer, había 36 km esquiables y 32 pistas abiertas. La nieve era polvo y polvo-dura, con espesores de hasta 85 centímetros.

En los nueve kilómetros esquiables de Panticosa, la nieve es polvo, con 30 centímetros, y en Candanchú tienen ocho pistas abiertas con espesores entre 30 y 40 centímetros y el riesgo de aludes es notable fuera de pistas por encima de los 1.500 metros.

En Astún, ayer, ya se pusieron en funcionamiento nueve pistas  con nieve polvo, y en Valdelinares y Javalambre los espesores llegan hasta los 100 centímetros de nieve polvo.

Abren las de esquí nórdico

Las nevadas en el Pirineo aragonés van a permitir, por fin, que abran las pistas de esquí nórdico, que hasta el momento no habían podido iniciar la temporada. Los Llanos del Hospital, en Benasque, pondrán en marcha parte de sus circuitos. Somport y Rinconada, en Candanchú, también funcionarán. Los amantes del esquí de fondo podrán estrenarse, aunque, como los de esquí alpino, deberán abrigarse, porque, aunque pueda lucir el sol, desde mañana hará bastante frío.