En ella se narra el viaje de dos días (lo que entonces se tardaba en desplazarse de Toledo a Madrid) que acaba uniendo a un hombre que huye de la justicia y una mujer a la que su padre quiere casar a la fuerza con alguien a quien no ama.

La obra vuelve a subrayar la modernidad de Tirso en su visión del mundo femenino, con personajes que se niegan a aceptar el destino que algunos quieren otorgarles. También incorpora elementos novedosos para la época, como el hecho de que el galán de la obra sea el que interpreta también al gracioso.

En el montaje que puede verse en el Círculo de Bellas Artes se eliminan algunas de las partes repetitivas del texto original y las referencias más concretas a la situación que se vivía en los tiempos de Tirso, para potenciar el carácter de road-movie, de viaje que transforma por completo a quienes lo realizan.

Aunque la obra sigue representándose en verso, la acción se traslada a principios del siglo xx, momento en el que la mujer empieza a reclamar su independencia y sus derechos.

Bassi y su elogio de laicismo

Cabría preguntarse lo que habría pensado Tirso de Molina, que era fraile, al ver La revelación, la sátira de Leo Bassi que ahora vuelve al Teatro Alfil (V. y S., 22.30 h; D., 20.30 h; 20 euros) y que le ha costado al cómico italiano más de un susto.

En ella Bassi critica –en tono de comedia– la cerrazón y a veces sinrazón de los monoteísmos, en un sentido elogio de las ideas ilustradas.