Una medida drástica que también adoptaron algunas urbanizaciones el año pasado ante las dos olas de atracos a viviendas.

Los ladrones entraron en el bloque, de 51 pisos y dos bajos, a través del andamio que hay instalado para reformar la fachada.

"El 25 de noviembre entraron a robar a dos entresuelos", explicó ayer a 20 minutos el presidente de la comunidad, Pedro Antonio Heredia.

Los dos atracos fueron silenciosos porque los vecinos estaban dentro y no se percataron de nada.

Reunión urgente

Diez días después, otro robo hizo saltar la alarma entre los vecinos, que convocaron una reunión urgente. "La tercera vez que entraron lo hicieron un domingo y desvalijaron un piso", aseguró Heredia.

La comunidad decidió contratar un servicio de vigilancia de 12 horas nocturnas en días laborables y 24 horas los días festivos. La vigilancia fue por un periodo corto de tiempo, hasta la colocación en los andamios del edificio de un sistema de alarma temporal.

"Cuando terminen las obras de restauración de la fachada se quitarán", apuntó Heredia.

125 euros por vecino

El guardia jurado estuvo diez días y su servicio ha costado a cada vecino 65 euros. Además, las familias han pagado otros 60 euros para poner las alarmas.

A pesar de este refuerzo en la seguridad, los vecinos aún "tienen miedo", afirmó el presidente de la comunidad, que espera que con los días la situación mejore.

"¿Qué sucede cuando se coge al ladrón y luego no se le puede castigar? Si hay que cambiar las leyes, se cambian", sentencia José Martínez, vecino de la zona.

Con una pista facilitada por el lector José J. Martínez Roig