El arzobispo de Tarragona, Jaume Pujol, ha dado la bienvenida a los religiosos y peregrinos que asistirán este domingo a la beatificación de 522 mártires de la Guerra Civil y ha afirmado que el acto "no se hace en contra y ni a favor de nadie" y que no hay "ni un ápice de resentimiento" hacia los que los mataron.

Pujol, que también es el presidente de la Conferencia Episcopal Tarraconense, ha presidido este sábado en la catedral de Tarragona las vísperas que han dado inicio a los actos de la beatificación más masiva de la historia de la Iglesia católica.

"Este domingo, la gloria del Señor resplandecerá de una manera especial en sus mártires", ha dicho en su homilía el arzobispo metropolitano de Tarragona.

Tras saludar al cardenal Angelo Amato, que mañana, en nombre del papa Francisco, proclamará a los 522 beatos mártires, y a los obispos y sacerdotes que asistirán a la ceremonia, Pujol ha remarcado que "la glorificación de nuestros hermanos y hermanas no se hace en contra de nadie ni tampoco a favor de nadie".

"Los mártires son del Señor, pertenecen a la victoria del Señor, no a la de los hombres. Son un anuncio de paz y de reconciliación. Es simplemente la Iglesia que, retomando la tradición desde los primeros siglos, no puede olvidar a aquellos que murieron por causa del Señor y del evangelio", ha explicado monseñor Pujol.

Sobre los 522 religiosos que murieron durante la Guerra Civil, el primado de Tarragona ha destacado: "Ellos escribieron el libro de la Verdad rubricado con sangre. Son los que siguieron al Señor imitándole".

"Cuando mañana nuestros mártires sean beatificados en la liturgia dominical nadie de nosotros experimentará ni un ápice de resentimiento hacia aquellos que los persiguieron. Ni tampoco la satisfacción de haber cumplido con un acto de justicia histórica, a la manera del mundo", ha afirmado Pujol.

"¿Como no vamos a perdonar si todos ellos murieron, a imitación del Señor, con palabras de perdón en sus labios?", se ha preguntado el purpurado, que ha añadido que "la primera gracia de los nuevos mártires será la gracia del perdón y de la reconciliación".

Sin mencionar las críticas suscitadas por la beatificación y el olvido de las otras víctimas de la Guerra Civil, Jaume Pujol ha dicho que "el Señor mira con compasión un bando y el otro, el Señor mira con compasión tanto los verdugos como los que murieron. La última mirada de los mártires fue ésta: una mirada que perdonaba. Sea ésta también nuestra mirada".

El arzobispo ha mencionado a algunos de los mártires, como el obispo de Lleida, Salvi Huix, el obispo de Jaén, Manuel Basulto y "nuestro amado" Manuel Borràs, obispo auxiliar de la archidiócesis de Tarragona, que fue ayudante del cardenal Vidal i Barraquer.

También ha tenido palabras de recuerdo para "tantos hermanos sacerdotes que vivieron su martirio como la última eucaristía" y para "nuestros hermanos religiosos y religiosas que llevaron a plenitud el propio carisma y rubricaron su acta de profesión con su propia sangre".

Pujol también ha ensalzado la figura de su antecesor en el mismo cargo, "el venerado cardenal Francesc d'Assís Vidal i Barraquer", que murió en el exilio porque no comulgó con el régimen franquista.

El primado de Tarragona ha pedido que toda la Iglesia se ponga "en sintonía y obediencia con el Santo Padre Francisco".

"Ni un atisbo de autoglorificación debe estar presente este domingo entre nosotros", ha dicho el prelado, que ha recordado que la Iglesia debe "salir humildemente al encuentro de una sociedad donde los hombres necesitan del amor más grande, donde los pobres deben ser amados".