La empresa nacida a partir de un proyecto de la Universidad de Zaragoza en 2009, y posteriormente convertida en una spin-off de la misma, Ebers Medical, se ha asentado en el CEEI Aragón para avanzar en el desarrollo de sistemas de cultivo celular en ingeniería de tejidos. Para lograr este cometido participarán el próximo mes de diciembre en el congreso de la Sociedad Americana de Biología Celular, el principal evento de cultivo celular de Norteamérica, que tendrá lugar en Nueva Orleans.

"El objetivo de la ingeniería tisular es la regeneración de tejidos, como el cartílago, a partir de las células originales del paciente, por medio de su cultivo en un equipo que reproduzca sus mismas condiciones naturales", ha indicado el director de Ebers Medical, Pedro Moreo, para puntualizar que es "ser capaces de reproducir órganos o tejidos in vitro", en un laboratorio.

Dentro de la ingeniería de tejidos, Ebers Medical está especializada en la realización de bioreactores que reproduzcan el entorno fisiológico de las células "para que estas no se den cuenta de que están fuera del cuerpo humano", ha indicado Moreo.

En la actualidad, la empresa se encuentra también involucrada en un segundo campo de negocio: sistemas de cultivo celular basados en microfluídica, ha informado el Gobierno de Aragón en una nota.

Se trata de unos dispositivos con cavidades de pequeño tamaño que permiten el alojar células en canales por los que circula líquido. A pesar de las dificultades asociadas a su reducido tamaño, la microfluídica aporta dos ventajas. "Por una parte, permite reproducir muy bien entornos fisiológicos in vitro y, al ser más todo más pequeño, se consumen menos reactivos y células", ha expuesto Moreo.

La principal aplicación de este chip es el ensayo de fármacos en su primera fase de estudio. Esto permitiría avanzar más rápido en la ciencia e industria farmacéutica, al realizar ensayos más realistas y fiables.

No afecta la crisis

La crisis no ha sido un inconveniente para esta empresa, para quien la colaboración con la Universidad de Zaragoza le permite un abaratamiento de costes. En concreto, al ser una spin-off del grupo de investigación GEMM -Grupo de Mecánica Estructural y Modelado de Materiales- mantiene acuerdos de colaboración por lo que, mientras que Ebers Medical se dedica al diseño de los chips y los equipos, el grupo de investigación hace los ensayos en sus laboratorios.

La reducción de inversión en I+D no les afecta a su propia labor de desarrollo, sino en una menor compra de su producto por parte de los organismos públicos españoles, como por ejemplo hospitales o institutos de investigación.

Emprender no es una vía cómoda, pero para Pedro Moreo y su socio, Víctor Alastrué, se ha convertido en una necesidad. Al acabar el doctorado de ingeniería industrial se juntan las dificultades de encontrar un trabajo en la Universidad de Zaragoza con el sentir de que la investigación realizada por ambos en la universidad debía de ser útil y convertirse en un producto comercial.

Además, "a los dos, desde siempre, nos había atraído el mundo de la empresa", explica Moreo. Un último punto fundamental fue que en un su grupo de investigación se había desarrollado tecnología que era comercializable.

El IAF, Instituto Aragonés de Fomento, junto con el CEEI, Centro Europeo de Empresas e Innovación, también han echado una mano al establecimiento de Ebers Medical en la capital aragonesa.

Su director se ha mostrado agradecido, "tanto el IAF como el CEEI nos han ofrecido la posibilidad de establecernos aquí a un precio bastante razonable. También hemos recibido ayudas en la contratación y por los puestos de trabajo generados, que son apreciadas. Además, el personal del CEEI colaboró en la preparación del plan de negocio, lo que fue esencial cuando comenzábamos en el año 2008", ha concluido Moreo.