El nuevo 'peaje' supondrá que un autoconsumidor pague 129 euros al año por poner paneles solares

  • Su ahorro pasa de 332 euros/año a 203 y la amortización de 20 a 33 años.
  • El usuario convencional paga 64,5 euros por megavatio hora (MWh), mientras que el autoconsumidor deberá destinar 67,5 euros por MWh, un 5% más.
  • La estructura de costes convierte al autoconsumidor en víctima de la regulación.
Una caseta con techo solar, en la edición 2010 de GENERA.
Una caseta con techo solar, en la edición 2010 de GENERA.
GENERA
Una caseta con techo solar, en la edición 2010 de GENERA.

Que el consumidor genere su propia energía y lo haga por métodos limpios como los paneles solares va a resultar desde ahora un quebradero de cabeza… y del bolsillo. El particular que los instale para generar instantáneamente su propia electricidad y esté al mismo tiempo conectado a la red eléctrica tendrá que dedicar de media 129 euros al año a costear el nuevo 'peaje de respaldo' creado por el Ministerio de Industria, Energía y Turismo.

Este peaje, que forma parte de un proyecto de real decreto aún sin publicar, equivale a cerca del 40% del dinero que este consumidor podrá ahorrar al año con su instalación. De evitarse un coste de 332 euros anuales sin 'peaje de respaldo', pasará a ahorrarse solo 203 euros, 132 de ellos procedentes de la energía y 71 de los impuestos.

Al reducirse los posibles ahorros, el plazo de amortización de un kit de autoconsumo de 6.600 euros pasará de 20 años sin 'peaje de respaldo' a 33 años con él. Las cifras corresponden a un autoconsumidor prototípico de 5,5 kilovatios (kW) de potencia contratada y un consumo anual de 4.800 kilovatios hora (kWh).

Este autoconsumidor medio habrá producido al cabo del año el 30% de la electricidad para uso propio, mientras que otro 30% lo habrá tomado de la red y el 40% restante lo habrá vertido, por resultar excedentaria. Como las horas del día de más radiación solar son las centrales, y como en ese momento el consumo del hogar es menor, la mayor parte de la energía se verterá a la red. Luego, entre las diez y las doce de la noche, cuando se consume más y los paneles no funcionan, habrá presumiblemente una entrada de electricidad desde la red.

En este juego de entrada y salida es en el que se origina la controversia del 'peaje de respaldo'. El Gobierno y las asociaciones fotovoltaicas están de acuerdo en que el autoconsumidor debe pagar un peaje por verter la electricidad y otro por recibirla, pero discrepan cuando la producción se consume instantáneamente. Industria impone el nuevo 'peaje de respaldo' para este caso, y las asociaciones lo rechazan y lo tildan de 'impuesto al sol'.

Lo que entra y sale de la red

Algunas grandes cadenas como Ikea o Leroy Merlin ya venden kits de autoconsumo que pueden oscilar entre los 1.500 y los 9.000 euros. Las eléctricas consideran que detrás de esta práctica había hasta ahora una situación "alegal", ya que cualquiera de estos aparatos, al inyectar electricidad sin control en la red, pueden poner en tensión la instalación eléctrica y provocar graves problemas.

Para las eléctricas, este aspecto justifica el nuevo registro obligatorio, mientras que el sector fotovoltaico denuncia no tanto este registro como las sanciones muy graves que se imponen por no inscribirse, de millones de euros. Según Industria, el 'peaje de respaldo' servirá para sufragar, como hace el resto de consumidores, los costes regulados del sistema eléctrico, entre los que figuran el transporte, la distribución, las primas al régimen especial o los costes financieros del déficit de tarifa.

En total, cada millón de autoconsumidores pagarán 130 millones de euros al año por un 'peaje de respaldo' que el sector fotovoltaico considera "desproporcionado" y "discriminatorio". O dicho de otro modo y conforme al discurso contrario de Industria: cada millón de autoconsumidores reducirán en 130 millones los ingresos del sistema, por lo que el resto de consumidores deberá costear este dinero.

En España, el 30% de los clientes domésticos dispone de una vivienda unifamiliar en la que podrían instalarse paneles. Los defensores del 'peaje de respaldo' argumentan que si esas viviendas se concentran en una misma zona, por ejemplo en una soleada urbanización de playa, la distribuidora va a tener que lidiar con el complejo reto de gestionar una electricidad que, llegado el caso, podría acceder no solo al tendido de distribución, sino también a la red de transporte.

Lo cierto es que el Gobierno, que coincide con los argumentos anteriores, ha diseñado un real decreto para el autoconsumo que lo convierte en punitivo para un particular. El usuario convencional paga unos peajes regulados equivalentes a 64,5 euros por megavatio hora (MWh), mientras que el autoconsumidor deberá destinar a través del 'peaje de respaldo' 67,5 euros por MWh, un 5% más.

De fondo y como principal motivación para el nuevo 'peaje de respaldo' persisten los desequilibrios del sistema eléctrico, la necesidad de responder a los costes en un momento en que los ingresos se resienten por la menor demanda y el temor a incentivar en exceso nuevas fuentes de generación, a la vista de la actual sobrecapacidad y de la experiencia con las primas de algunas tecnologías renovables.

La propia estructura de costes regulados del sistema eléctrico convierte más si cabe a los autoconsumidores en víctimas de la regulación. El 95% de los costes regulados corresponde a costes fijos, esto es, a costes que hay que sufragar y que el autoconsumo no ayudará a reducir, y el Gobierno no parece dispuesto a fomentar una práctica que, por 'verde' que resulte, reduzca los ingresos y complique su objetivo de acabar con el déficit de tarifa.

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