El presidente ruso, Vladímir Putin, y la canciller alemana, Angela Merkel, cuyo país ostenta este semestre la presidencia de la Unión Europea, confirmaron la afinidad de enfoques en todos los temas tratados en la cumbre de ayer en Sochi.
"La conversación corroboró la proximidad de las posiciones de Rusia y de Alemania respecto a las cuestiones clave de la agenda mundial", dijo Putin en la conferencia de prensa con la que culminó la cumbre, celebrada en la ciudad rusa de Sochi, a orillas del Mar Negro.
Incluso en el tema más espinoso, la seguridad de los suministros energéticos rusos a Europa que a principios de mes se vieron cortados a causa de una disputa de Rusia y Bielorrusia, Putin consiguió el apoyo de Merkel.
"Alemania, en calidad de presidente de la UE, comprende y acepta" el propósito de Rusia de pasar a relaciones de mercado con todos sus socios", resaltó la canciller.
A cambio, Putin anunció un ambicioso plan de desarrollo de la red de tuberías en "Asia, el Norte y Noroeste" de Rusia a fin de reducir la dependencia de los países de tránsito.
También aseguró que Rusia no estaría en contra de
Irán, Irak y Afganistán
En cuanto a la agenda internacional, Rusia y Alemania, dijo Putin, se proponen "conceder atención especial al arreglo en el Oriente Medio, basado en la "hoja de ruta" aceptada por todas las partes" en conflicto.
"Apoyamos los esfuerzos de la canciller por celebrar lo antes posible un encuentro del "cuarteto" de mediadores (EEUU, Rusia, UE, ONU) a fin de promover una solución que imponga una paz sólida en el área", indicó.
El presidente ruso señaló que los dos países "también mantienen una posición común en la solución del problema del programa nuclear iraní, basada, como es evidente, en medios exclusivamente políticos y diplomáticos y partiendo de la correspondiente resolución del Consejo de Seguridad de la ONU, aprobada a fines de 2006".
"Es importante mostrar a Irán que las puertas de las negociaciones siguen abiertas su acepta las propuestas de la UE", replicó Merkel.
Las partes acordaron, además, "continuar la cooperación constructiva a fin de propiciar la estabilidad en Irak y Afganistán", resaltó.
Kosovo, la cuestión
En cuanto a diferencias, Putin volvió a insistir en que cualquier decisión sobre el futuro de Kosovo no ha de ser considerada como una excepción, sino como "una solución universal para semejantes situaciones en otras regiones del mundo".
"Si ignoramos el principio de integridad territorial de un Estado y decimos que ya que ocurrió pues ya nada se puede hacer y la comunidad internacional no quiere hacer nada para restablecer la integridad territorial de Serbia, entonces también otros pueblos tendrán el derecho de decir que harán lo mismo", dijo Putin.
El presidente ruso, que en ocasiones anteriores ya advirtió que la independencia de Kosovo servirá de precedente para similar actitud respecto a las regiones separatistas pro rusas en el espacio de la antigua URSS, ayer destacó que este enfoque "también puede ser aplicado a otros estados, incluidos algunos países europeos".
"¿O acaso desconocemos los problemas separatistas en países europeos?", indicó.
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