Hostelero agredido en restaurante de Suances pensó que el acusado "le iba a abrazar", no a atacar

El acusado no declara y se limita a "pedir perdón" y una grabación de una cámara de seguridad del restaurante permite ver la agresión
Juicio hoslero
Juicio hoslero
EUROPA PRESS
Juicio hoslero

El hostelero e hijo del dueño de un restaurante de Suances al que un cliente le causó múltiples heridas con un arma punzante, entre ellas un corte en el cuello, ha afirmado este lunes en el juicio que cuando su agresor le agarró por detrás pensó que "le iba a abrazar", no a atacar. Mientras, el acusado, P.G.M., no ha querido declarar y se ha limitado a "pedir perdón".

En la vista oral, el hijo del propietario ha explicado "nunca pensó que le iba a hacer eso" P.G.M. pues era su "amigo", una palabra que también ha empleado el acusado, que, tras negarse a contestar las preguntas de las partes, ha usado su derecho a la última palabra para pedir perdón al hostelero —su "amigo entonces", ha dicho— y también al otro cliente al que apuñaló en distintas partes del cuerpo con un objeto punzante, hiriéndole, cuando intentaba separarles.

Intento de asesinato,

No de homicidio,

Según el fiscal

"Me alegro mucho de que estén bien", ha añadido el acusado, para quien el fiscal ha modificado las calificaciones de los hechos pasando a considerarle autor de un delito de intento de homicidio a uno de intento de asesinato por existir, a su juicio, "alevosía" por dirigir su ataque inicial a hacerle un corte en el cuello.

Según ha opinado, se trata de un ataque "sumamente peligroso" al ser una zona "próxima" a órganos vitales, siendo realizado además de forma "sorpresiva" y aprecia intención de matar.

Por ello, pide ocho años de prisión por el delito de intento de asesinato y otros dos —uno menos de lo que pedía en su escrito de calificaciones— por un delito de lesiones con arma por la agresión al otro hombre.

Mientras, la acusación particular mantiene su calificación de los hechos como tentativa de homicidio porque, según ha explicado el letrado de esta parte, los dos agredidos "no quieren hacer ningún daño" al acusado "más allá" de lo que es responsable.

Por su parte, la defensa insiste en que en lugar de delitos hay tres faltas, dos de lesiones y una de sacar arma en riña.

Una actitud "normal" y una conversación sobre la crisis

Según ha relatado el hijo del hostelero en el juicio en la Sección Primera de la Audiencia Provincial, P.G.M. tenía el día de los hechos, ocurridos el pasado 11 de octubre, un aspecto y una actitud "normal" y no parecía estar bajo los efectos del alcohol ni de ningún tipo de sustancia.

El hijo del propietario del restaurante ha roto a llorar en varias fases de su declaración al ser preguntado por la relación que tenía con el acusado y por los hechos y en una ocasión ha tenido que abandonar la sala escasos minutos para calmarse y seguir contestando a las preguntas de las partes.

Cuestionado por el fiscal, ha explicado que antes de ser agredido, y mientras trabajaba en el restaurante de su padre, estaba conversando con el acusado "de cosas normales" y de "cómo estaba la situación" actual con la crisis.

Ha asegurado que, durante su conversación, no se inició ninguna discusión ni con el agresor ni con el otro cliente que estaba participando en ella y que también fue pinchado.

Este otro cliente ha señalado que, cuando el agresor "se abalanzó" sobre el hijo del propietario del restaurante, él estaba mirando hacia la barra del bar y pensó que era una "broma" y, de hecho, cuando la víctima, comenzó a gritar, les instó a que dejarán la broma, si bien cuando se dio cuenta de la realidad de los hechos se levantó para separarles.

Los hechos,

Grabados en la cámara de seguridad

Lo ocurrido ha podido ser visionado en el juicio gracias a una grabación de la cámara de seguridad del restaurante, una prueba que ha criticado la defensa, que ha manifestado que el aparato no enfoca sólo al restaurante, sino hacia la calle, con lo que, a su juicio, "no respeta" la ley de protección de datos.

En la grabación, se ve a los dos agredidos y al acusado sentados en unos taburetes próximos a la barra y, en un momento, el acusado se levanta, se pasea cerca del hijo del dueño del restaurante por detrás, le agarra del cuello, saca algo que llevaba, al parecer, en su ropa, y le realiza un corte en esa parte del cuello.

Posteriormente, le tira del taburete y parece pincharle en distintas partes del cuerpo y cuando el otro hombre les separa, el hijo del dueño del restaurante huye hacia la calle.

En el video, se aprecia como el acusado hace amago de seguirle pero a los pocos segundos regresa al interior del local y comienza a agredir al otro, que también huye y se resguarda junto al hostelero, según han explicado, en una discoteca cercana.

A consecuencia de esta agresión, el hostelero sufrió una docena de heridas incisas en cabeza, cuello y tórax, por las que todavía no ha recibido el alta médica. Además, se encuentra aún en tratamiento psiquiátrico y a la espera de una consulta en traumatología por presentar parestesias y dolor en el tercer dedo de la mano izquierda.

Por su parte, el otro hombre sufrió unas cinco heridas que requirieron grapas y puntos de sutura, que le dejaron varias cicatrices.

Hasta la discoteca, les siguió el acusado que cogió un cuchillo de grandes dimensiones pero no pudo entrar porque cerraron la puerta y el dueño del local, cuando P.G.M. la aporreó, le dijo que se marchara y éste lo hizo.

"ha faltado a su palabra"

Según han explicado en el juicio, el acusado vio a una patrulla de la Guardia Civil y se entregó voluntariamente, si bien no explicó lo sucedido y, al ser cuestionado sobre ello, se limitó a señalar reiteradamente "que ha faltado a su palabra", algo que, según entendió uno de los agentes, le pareció que hacía referencia al agredido.

El fiscal considera que el hecho de entregarse no puede considerarse como atenuante, pues aunque lo hizo, no reconoció los hechos y no declaró qué le había llevado a hacer lo que hizo.

Efectos secundarios de un tratamiento contra la ansiedad

Por su parte, la defensa, dado que no encuentra una explicación "razonable" a la reacción de su cliente, ha atribuido su reacción a un tratamiento para la ansiedad que tomaba P.G.M. que, según ha señalado, puede producir como efecto secundario "agresividad" o "furia".

Sin embargo, los peritos forenses han opinado que, "aunque en algún caso puede darse", este tipo de efectos secundarios es "bastante infrecuente" y han mantenido que, a la vista del informe del médico de cabecera que examinó al acusado, no se aprecia ninguna patología psiquiátrica.

Ante este argumento, el fiscal ha opinado que el hecho de que el medicamento pudiese tener que ver en la reacción del acusado no está acreditado. "Seguramente hasta las aspirinas tienen efectos secundarios", ha añadido éste, quien, sin embargo, considera que "no es bastante".

Mostrar comentarios

Códigos Descuento