Un jurado popular juzga desde este lunes a un hombre que mató de 18 puñaladas al padrastro de un amigo

Un Tribunal Popular enjuiciará entre este lunes y el 30 de septiembre a A.C.O., el hombre acusado de matar de 18 puñaladas al padrastro de un amigo en mayo del año pasado en Puertollano (Ciudad Real) y para el que la Fiscalía solicita una pena de 23 años de prisión por un delito de asesinato.
Audiencia provincial de Ciudad Real
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EUROPA PRESS
Audiencia provincial de Ciudad Real

Un Tribunal Popular enjuiciará entre este lunes y el 30 de septiembre a A.C.O., el hombre acusado de matar de 18 puñaladas al padrastro de un amigo en mayo del año pasado en Puertollano (Ciudad Real) y para el que la Fiscalía solicita una pena de 23 años de prisión por un delito de asesinato.

Según el escrito de la Fiscalía, al que ha tenido acceso Europa Press, los hechos ocurrieron en la noche del 15 de mayo de 2012, cuando A.C.O. junto a su amigo, un menor condenado por estos mismos hechos, se dirigieron a casa del padrastro de éste último con la intención de matarlo, para lo que el acusado llevaba escondido en su ropa un cuchillo u otro instrumento tipo estilete.

Sabiendo que la víctima, vigilante de seguridad, ese día estaría sola, porque su mujer trabajaba de noche, y que su hija pequeña dormía en la planta de abajo, estuvieron charlando con él y tomando unas cervezas para que "se relajase y poder encontrar el momento propicio para poder matarlo", afirma el escrito del fiscal.

En un momento dado de la conversación, aprovechando que la víctima se encontraba de espaldas, el acusado sacó de entre sus ropas el cuchillo que llevaba escondido y le asestó de forma sorpresiva una puñalada a la altura de la nuca "con tanta fuerza, que le alcanzó el hueso del cráneo, levantándole una esquirla del mismo, dejándolo aturdido y debilitado".

Tras esa primera puñalada, y cuando la víctima se giró para repeler el ataque, le asestó cinco puñaladas más en los brazos que le hicieron caer al sofá y donde el agresor le apuñaló seis veces más en tórax y cuello hasta que ambos cayeron al suelo.

Fue en ese lugar cuando el acusado "no satisfecho con las heridas ya causadas", le propinó a horcajadas otras seis puñaladas en la cara, a pesar de que ya la víctima estaba moribunda, tendida en el suelo y bañado en un gran charco de sangre, lo que provocó su muerte por desangramiento.

Mientras se producía la mortal agresión, el menor hijastro de la víctima vigilaba que la niña no se despertara mientras que le gritaba a su amigo "con ánimo de que pusiera fin a la vida de su padrastro, expresiones como 'mátalo, mátalo'.

Tras consumar los hechos, ambos abandonaron el piso a toda prisa dejando la puerta entreabierta y manchas de sangre, que fue lo que alertó a los vecinos al día siguiente, el 16 de mayo de 2012.

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