El conseller de Política Territorial i Obres Públiques, Joaquim Nadal, afirmó que las obras continuarán siempre que las grietas detectadas en El Prat no vayan a más. «Todo es revisable», dijo.

Por su parte, el alcalde del municipio, Lluís Tejedor, considera que ahora mismo se vive una «situación de alarmismo» ya que «no hay riesgo para personas o inmuebles».

Ayer tarde, los grupos municipales del Prat aprobaron una declaración conjunta en la que se acuerda ampliar la zona a analizar. Culpan a Adif de haber creado «esta situación de alarma social», cosa que no pasaría, según la declaración, «si hubiera mostrado más sensibilidad e interés hacia las propuestas» de los vecinos y del Ajuntament.

Las quejas vecinales por las obras se han extendido y ya llegan a L’Hospitalet, donde se han detectado grietas en el barrio del Gornal; y al barrio de Sants de Barcelona, donde se han cerrado pasos subterráneos y almacenado maquinaria en las aceras, dificultando la movilidad.

«Tiene peor pinta que el Carmel»

«Si yo estuviera en el lugar de los vecinos del Prat, me iría de casa», confesó ayer a 20 minutos el presidente de la Asociación de Damnificados, Vecinos y Comerciantes del Carmel, Tomás García. Como afectado por el derrumbe de hace casi dos años en el barrio barcelonés, consideró que las grietas detectadas en las viviendas del Prat «son más profundas que las halladas en un primer momento en el Carmel». Vista la situación, García recomendó a los vecinos pratenses que pidan un certificado y un acta notarial con las conclusiones a que lleguen los técnicos para poder reclamar en un futuro.

Problemas de la entrada del tren de alta velocidad

El Gornal

Temblores y grietas

«Se mueve incluso el sofá»

La alarma entre los vecinos se ha disparado por la aparición de grietas. Hace ya un año que en la Avenida Vilanova sienten temblores y ruido continuo. Las vías están a menos de 5 m de las viviendas. «Se mueve hasta el sofá», dice Manuela Martínez.

Sants

Carrera de obstáculos

«Ir por el barrio es más difícil»

Pasos obstruidos o cerrados, aceras ocupadas por maquinaria y vallas de obra con puntas que sobresalen, son algunos de los obstáculos en Sants por las obras. «Desplazarse por el barrio es más difícil», denuncia Llorenç Gasset.