Sin ningún pudor y con la palabra como única arma, Alberto San Juan desnuda su alma en un crítico y ácido monólogo donde revisa su vida y la de España, desde los últimos coletazos del franquismo hasta ahora. Autorretrato de un joven capitalista español es el primer trabajo escrito, dirigido e interpretado en su totalidad por el actor. También es su primer monólogo, y el resultado, hasta la fecha, es muy satisfactorio, según declara el actor a 20minutos.

¿Qué es este ‘Autorretrato’?

Una obra de contenido político, pero hecha con humor. Hablo de mi vida desde que nací (1968) hasta ahora; y de la vida de mi país. Y lo hago desde el capitalista que hay en mí.

Defíname el capitalismo.

No solo es incompatible con la democracia, sino también con la vida. Se basa en el máximo beneficio económico sin plantearse ningún límite. Y eso, en un mundo limitado, no es compatible. Cuando el fin es la rentabilidad económica, el bienestar social queda en segundo lugar. No hay capitalismo bueno o malo, siempre es malo en sentido objetivo, no moral, porque genera enfermedad y muerte.

Pero dice que dentro de usted hay un capitalista... ¿cómo se compatibiliza eso con la definición que acaba de darme?

Igual que la fuerte influencia de la religión católica me ha inoculado el sentimiento de culpa, el hecho de vivir en una sociedad capitalista me ha inoculado el capitalismo.

Planteado entonces como un virus que se inocula, ¿cree usted que hay cura?

Sí. Igual que el cuerpo humano tiende a la salud, la sociedad también. El capitalismo no sirve para vivir.

¿Verá esa cura la gente de su generación?

Ya empezamos a verlo: hay cooperativas eléctricas, bancarias... Y, lo que es más importante, cada vez hay más conciencia en la sociedad.

¿Qué opina de las "expropiaciones" en supermercados que ha realizado Juan Manuel Sánchez Gordillo en Andalucía?

Me parece estupendo. Una parte fundamental del proceso es la desobediencia civil y la transgresión de leyes injustas.

En la obra, ¿desmonta usted el mito de la transición?

Podría decirse así. He crecido con la historia de una transición modélica llevada a cabo por personas de comportamiento heroico. Hasta que te preguntas, ¿aquí qué ha pasado? Y ves una parte de la historia que nos han ocultado. Entonces hay que hacer un esfuerzo para compensar la historia oficial que nos han contado.

¿Se ha documentado mucho para escribir esta obra?

Lo hago continuamente. La obra se va modificando, pongo y quito cosas porque sigo hablando todos los días con gente... Además, al ser el autor, director y actor hago lo que me da la gana.

Invita usted al público a participar durante el monólogo.

Sí, es todo como muy informal, sin respeto hacia nada, ni siquiera hacia mí mismo.

Y en la calle, ¿está la sociedad haciendo todo lo posible o aún no ha terminado de estallar?

Hay que seguir haciendo cada vez más. Pero primero hay que darse cuenta de que es necesario y de que se puede conseguir.

¿Es el humor un arma contra lo que estamos viviendo?

El humor y la alegría son fundamentales. Si no se lucha con alegría no se consigue nada.

¿El público verá un personaje creado por Alberto San Juan o a San Juan tras un personaje?

No hay personaje, soy yo. Sin pudor.

Dice que ha montado esta obra porque necesitaba trabajo. ¿Tiene miedo al futuro?

Es cierto, tenía necesidad de buscar un trabajo porque no tengo nada, solo deudas. Pero no tengo miedo.

Usted es periodista y ejerció unos años.

Es un oficio estupendo, pero muy difícil de ejercer de forma independiente. Aunque ahora, con la situación de muchas personas que han salido de periódicos, se han formado nuevos medios, sobre todo digitales, que están contando cosas que antes no se contaban. Se pierde un trabajo, pero se gana libertad.

Por cierto, ¿para cuándo otra de Animalario con toda la compañía al completo?

Animalario está ahora mismo inactiva. Todos seguimos trabajando, juntos o por separado, pero como compañía no.