Si algo ha caracterizado a Londres durante las últimas décadas –además de la neblina y el inglés estirado–, eso es la multiculturalidad. Londres es una de las ciudades más cosmopolitas de Europa y entre sus calles se pueden degustar los sabores, colores, olores, músicas y artes de prácticamente el mundo entero. Desde que Europa es «sólo una» (y desde que existen los vuelos de bajo coste), algo de ese Londres se ha podido trasladar a Madrid.

Para Perry Louis , bailarín de danzz (una fusión de danzas unidas por el jazz), es posible ahora vivir en las afueras de Londres, en Madrid y en Lisboa. Madrid le toca cada primer fin de semana de mes. Perry es el líder del grupo JazzCoteh Dancers, que baila en varias salas de Londres. En Madrid da clases de danzz en la sala Morocco (la sala que compró y volvió famosa el grupo Alaska en 1990).

«En Londres hay una cultura con mucha fusión», comenta Perry. «En el danzz, que se baila desde hace años allí, hacemos una mezcla. Bailamos esto que tiene que ver con el funky, el latin fusion, el jazz, el tap. Sacamos mucho de James Brown. La música, el jazz, es originaria de Estados Unidos, pero ahora se ha fusionado con el español, el brasileño… Es una mezcla de músicas del mundo, la misma mezcla que representa mi cultura».

Las clases de danzz de Perry son absolutamente en inglés. Perry no habla una pizca de español, pero no le hace falta porque su gran esperanto es el cuerpo. Los más de 20 madrileños que cada primer fin de semana de mes asisten a sus clases entienden cuál es el próximo paso a dar gracias a la empatía corporal que el bailarín, apoyado por dos acompañantes, genera en lo alto del escenario.

Lo básico: Una recomendación Después de las clases (una hora aprox.), Perry y sus acompañantes hacen una exhibición de danzz. DIRECCIÓN Sala Morocco (Marqués de Leganés, 7. Metro Santo Domingo), precios Cada clase vale seis euros, más info www.danzz.es