Los dos acusados de matar a la expareja de uno y al hijo de ésta niegan ser autores directos de las muertes

Los dos hombres acusados de asesinar con una azada y un cúter a la expareja sentimental de uno de ellos, de 26 años y nacionalidad rumana, y al hijo de ésta, de ocho años, en julio de 2011, en Polop (Alicante), han negado ser autores directos de las muertes y se han inculpado entre ellos.
Los dos acusados de los asesintatos
Los dos acusados de los asesintatos
EUROPA PRESS
Los dos acusados de los asesintatos

Los dos hombres acusados de asesinar con una azada y un cúter a la expareja sentimental de uno de ellos, de 26 años y nacionalidad rumana, y al hijo de ésta, de ocho años, en julio de 2011, en Polop (Alicante), han negado ser autores directos de las muertes y se han inculpado entre ellos.

Así lo han expuesto ambos durante la primera sesión del juicio con jurado que ha comenzado este lunes en la Audiencia provincial alicantina, y que está previsto que se prolongue durante diez días. La Fiscalía solicita para el principal acusado, un español expareja de la fallecida, 40 años de cárcel por asesinato, mientras que para el segundo, de nacionalidad marroquí y empleado en el taller del primero, pide 36 años de prisión.

Según las conclusiones provisionales del ministerio público, que ejerce la acusación junto a la familia, la Abogacía del Estado y la Generalitat valenciana, los acusados acordaron acudir en la tarde del 20 de julio de 2011 a la vivienda de las víctimas, situada en el piso superior del taller en el que los dos varones trabajaban, para perpetrar los hechos.

Así, mientras el principal acusado golpeó con una azada al menor cuando se encontraba tumbado en un sofá, su compañero agredió con un 'cúter' de grandes dimensiones a la joven. En ese momento, ésta trató de defenderse y escapar, por lo que su presunto agresor pidió ayuda al otro hombre, quien la atacó por la espalda. Finalmente, la joven perdió la vida a causa de las heridas sufridas.

Para el Fiscal, actuaron de esta manera después de que la mujer le comunicara al hombre con el que había mantenido una relación su intención de abandonar el piso e irse a vivir a otro lugar. Por su parte, el abogado que representa a la familia de los fallecidos ha agregado en su exposición que el principal acusado había instalado sensores de movimiento en el domicilio y cámaras de vigilancia para ejercer "un férreo" control sobre la chica, al tiempo que ha afirmado que el crimen lo cometió "movido por los celos y el ánimo de venganza".

Asimismo, ha indicado que convenció a su compañero para usar ácido sulfúrico sobre los cadáveres y en la escena del crimen para eliminar pruebas, al tiempo que quemaron sus ropas para acabar con posibles huellas.

Ante estas afirmaciones, el abogado que defiende al principal procesado ha negado la participación de su representado, y ha asegurado que entre él y la víctima no existía ningún tipo de odio ni resentimiento, ya que en el momento del crimen su defendido había comenzado a reconciliarse con su exmujer.

Igualmente, ha asegurado que su representado "nunca" quedó a solas el día de los asesinatos con el otro acusado, ya que durante esa tarde se había desplazado a Benidorm (Alicante) a pasar la inspección técnica a un vehículo de uno de sus clientes.

En este sentido, ha responsabilizado al segundo de los procesados de los hechos, del que ha añadido que "albergaba deseos sexuales" hacia la joven, los cuales, al no verse correspondidos, le "despertaron un odio incontrolado hacia ella".

El abogado también ha insistido en que el varón de nacionalidad marroquí ha realizado hasta nueve declaraciones desde que se iniciara el proceso, "todas diferentes", en la primera de las cuales se confesó como único autor de los asesinatos, si bien "51 días después" cambió su versión e inculpó al otro hombre.

"un montón de mentiras"

Durante la sesión, el joven se ha sometido a las preguntas de los abogados, y ante las cuestiones de la defensa del otro acusado ha admitido que "dice un montón de mentiras", y que "la verdad" es la que ha contado este lunes, cuando ha responsabilizado al segundo procesado de las dos muertes. No obstante, ha admitido que participó en el intento de eliminar las pruebas.

En sus manifestaciones, ha explicado que en la tarde de los hechos, tres ciudadanos rumanos se presentaron en el taller en el que trabajaban y, tras golpearle uno de ellos, les dijeron que si no mataban a la mujer, acabarían con las vidas de sus propias familias.

De este modo, ha relatado que su por entonces jefe cogió una azada, se puso un impermeable y le dijo que le acompañara a la vivienda de los ahora fallecidos. Una vez en el piso, ha señalado que éste golpeó a la chica con la herramienta y le mandó a por las botellas de ácido sulfúrico. Al regresar al inmueble, observó al hombre sobre la joven, que yacía en el suelo, junto a un 'cúter'.

Por lo que respecta al niño, ha asegurado que se percató de su cuerpo cuando regresó al domicilio. A la vista de esta exposición, el letrado del otro acusado le ha preguntado por qué en un primer momento se atribuyó los crímenes, a lo que ha respondido que "no estaba preparado para decir la verdad". "Me culpé porque estaba mal y no sabía que decir", ha añadido.

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