A prisión el detenido en Mérida por su participación en el tiroteo donde murió una menor

Un juez de Sevilla ha ordenado el ingreso en prisión provisional del hombre de 41 años de edad, perteneciente al clan de los Perla, que fue detenido este viernes en Mérida por haber participado supuestamente de manera "activa" en el tiroteo registrado el pasado día 21 de agosto en las Tres Mil Viviendas, en el Polígono Sur de la capital hispalense, que se saldó con el fallecimiento de una menor de siete años.

Un juez de Sevilla ha ordenado el ingreso en prisión provisional del hombre de 41 años de edad, perteneciente al clan de los Perla, que fue detenido este viernes en Mérida por haber participado supuestamente de manera "activa" en el tiroteo registrado el pasado día 21 de agosto en las Tres Mil Viviendas, en el Polígono Sur de la capital hispalense, que se saldó con el fallecimiento de una menor de siete años.

Fuentes del caso han informado a Europa Press de que, una vez fue detenido, Gregorio B.H., hermano de la matriarca del clan encarcelada por estos mismos hechos, fue trasladado hasta la Jefatura Superior de Policía en Sevilla antes de pasar en la misma tarde del viernes a disposición del juzgado de guardia, que ordenó su ingreso en prisión provisional. De este modo, de los once detenidos por estos hechos, diez están ya en la cárcel.

Fueron los agentes del Grupo de Homicidios de la Policía Nacional en Sevilla que investigan el tiroteo quienes localizaron hace varios días a este hombre en Extremadura, siendo finalmente este viernes cuando, en colaboración con sus compañeros de la Policía de Mérida, se práctico la detención de Gregorio B.H..

Una vez practicada la detención de este inculpado, que, como el resto de imputados, huyó tras participar supuestamente en el tiroteo, el Juzgado de Instrucción número 20 de Sevilla que investiga el caso decidió levantar el secreto de sumario y dio traslado a los abogados personados de un pendrive con todas las actuaciones desarrolladas.

El levantamiento del secreto, que había sido solicitado por el abogado de los encarcelados, se produjo después de que, el pasado día 3 de septiembre, declarasen ante la juez los padres de la menor, quienes ratificaron lo dicho en sede policial, como es que ellos no eran el objetivo de dicho tiroteo y que por tanto fue un "error".

El padre de la menor ya negó públicamente cualquier tipo de implicación delictiva que pudiera haber ocasionado un ajuste de cuentas por parte del llamado clan de los Perla, pues "no he estado detenido ni he tenido armas en mi vida". "Me han destrozado la vida por completo, me han quitado la luz de mis ojos, no me la pueden devolver", apostilló.

DETENIDOS

Así, relató los hechos explicando que en el momento en que todo sucedió, al darse cuenta de los disparos, "me tiré para mi niña, que estaba en el sofá, para cogerla y llevarla al suelo". "Al levantarme me dieron: cuando miré a mi mujer vi que también estaba sangrando, con mi hijo de dos años, y en el suelo ya estaba mi niña", aseveró.

Tras ser detenidos en Mijas (Málaga), la juez envió a prisión a nueve de los diez detenidos inicialmente, pertenecientes al clan de los Perla, por los presuntos delitos de homicidio, contra la salud pública, tenencia ilícita de armas, encubrimiento y amenazas.

A estos detenidos, que abandonaron el Polígono Sur tras el suceso para refugiarse primero en Hinojos (Huelva) y luego en una urbanización de Calahonda, en el término municipal de Mijas, se les incautaron varias armas, además de más de un kilo de una sustancia que aparentaba ser cocaína, entre 150.000 y 300.000 euros en efectivo y ocho kilos de oro.

Los hechos

Los hechos se produjeron en la calle Orfebre Cayetano González, donde una menor de siete años recibió un tiro por causas que se intentan esclarecer, tras lo que fue trasladada inmediatamente al Hospital Virgen del Rocío, donde los facultativos no pudieron hacer nada por salvar su vida.

Inicialmente, la Policía Nacional barajó varias hipótesis como posibles detonantes del suceso, entre ellas un posible ajuste de cuentas con otro de los clanes dedicados al tráfico de droga en la zona —conocido como Los Mariano— o una venganza debido a un secuestro previo de uno de los miembros de estas familias implicadas.

Los agentes encargados de la investigación mantuvieron inicialmente la tesis de que "la familia de la niña fallecida no tenía nada que ver en ello", por lo que los autores de los disparos, realizados desde la calle, "se habrían equivocado de casa", junto a la cual la Policía localizó más de una veintena de cartuchos de bala.

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