Los subastadores suelen ser, generalmente, expertos en historia del arte con ciertas cualidades para el mando y la comunicación. Para expertos como Miryam Paz, subastadora y directora de sala de Alcalá Subastas, las cualidades ideales serían los conocimientos, las buenas dotes de mando y una voz cautivadora.
La subasta es el broche final a un proceso de identificación y tasación de las obras que generalmente corre a cargo de este profesional. Para poder llegar a ser subastador, la carrera más indicada es la de Historia del Arte, aunque la formación no debe estancarse en ese punto. Másters especializados sobre arte y antigüedades son los complementos perfectos a la carrera. Hay que tener en cuenta que una de las cualidades más valoradas en un profesional de este sector es el amplio conocimiento de los objetos con los que trabaja.
Estudio continuado
Especializarse en una época determinada o un periodo artístico harán que el tasador pueda realizar las labores de identificación y tasación con más exactitud. Pero tan malo es no saber nada como saber sólo de una cosa. El estudio continuado, la investigación y la experiencia serán los mejores aliados.
En el momento de la subasta, el trabajo previo ya está realizado y toca tomar el mando de la sala a golpe de mazo. Forzar una puja sin alargarse demasiado, tener el control de la sala en todo momento y animar al público a presentar ofertas son aspectos de la profesión que con tiempo y experiencia se llegan a dominar.
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