El filólogo Paolo Pintacuda ha afirmado que la obra de Cervantes 'Don Quijote de la Mancha' "ha sufrido muchos cambios introducidos por copistas, tipógrafos e impresores a lo largo de su historia". El experto ha señalado que "era habitual que los tipógrafos se dedicaran a cortar fragmentos para que el texto cupiera en la hoja o añadir algunas palabras cuando quedara demasiado corto".

Pintacuda, que participa como ponente por quinto año consecutivo en un curso sobre crítica textual dirigido por los profesores Rafael Bonilla y Giuseppe Mazzocchi y programado dentro de los cursos de verano que la Universidad Internacional de Andalucía (UNIA) imparte en su sede de Sevilla, ha comentado en una entrevista concedida a Europa Press que su labor es averiguar qué texto es el que más se parece al producido por su autor, y para ello "es crucial detectar los errores que no corresponden al autor".

En este sentido, ha indicado que es necesario conocer cómo es el proceso de realización de un libro y ha subrayado que "la gran organización necesaria para imprimir en los antiguos talleres donde había que imprimir una cara y luego doblarlo hasta formar las páginas de un libro hacía que el impresor se tomara ciertas licencias a la hora de la impresión".

En cuanto a su ponencia, Pintacuda ha analizado los casos de dos obras clásicas de la literatura española, el 'Libro de Buen Amor' y 'El lazarillo de Tormes'; "los estudios sobre estas obras son muy debatidos por su carácter oral".

Asimismo, el conferenciante se ha mostrado muy satisfecho con la acogida del curso al que cada año asisten una gran cantidad de alumnos interesados en el tema; "pese al bajón de las humanidades en un mundo académico donde la ciencia muchas veces nos aísla, estamos muy contentos de seguir generando este gran interés", ha concluido Pintacuda.