El objetivo del Concello es peatonalizar las calles Zamora, Salamanca, Sevilla, Valencia, Canarias y Ramón y Cajal, de manera que, por ellas, sólo se permitirá circular con su automóvil a los residentes.
Mientras, Barcelona, Zaragoza, Hispanidade, Tarragona, Baleares y Valle Inclán tendrán tráfico rodado, aunque en algunos casos se reducirá a la mitad el ancho de la calzada y variará el sentido de circulación.
Aceras más anchas
Pese a que una de las prioridades del Concello sea conseguir un tráfico «más fluido» y acabar con la doble fila que suele colapsar estas zonas durante todo el día, la zona podría sufrir una gran transformación.
Las aceras irán de los 3,50 metros de ancho de la calle Barcelona a los 3,75 de Regueiro, se plantarán cerca de 1.000 árboles, se instalarán nuevas papeleras y 500 farolas y se soterrarán hasta 49 contenedores de basura.
Depende de los presupuestos
La humanización se realizaría en dos fases, tardaría catorce meses y costaría casi diez millones de euros. Sin embargo, para llevarse a cabo, el Pleno tiene que aprobar los presupuestos antes. Por esto, la oposición no tardó en reaccionar. La socialista Mª Luisa Graña tildó de «irresponsables» a los dirigentes municipales y, el también socialista Xulio Calviño, dijo que «el proyecto, en los presupuestos, ni siquiera consta con el nombre con el que hoy (por ayer) lo presentaron».
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