Participación ciudadana

Los bilbaínos pueden elegir desde hace unos años, desde una aparente democracia, tan vistosa como irreal, al pregonero, el cartel que representa la Aste Nagusia, el de los carnavales...
La participación ciudadana parece clave, o eso nos hacen creer, en los procesos de elección de cada vez más proyectos y concursos. Hasta la configuración de media docena de plazas del centro de Bilbao han estado en manos de los vecinos, «siempre que sea posible», como apuntó el alcalde Azkuna para dejar claro, o eso parece, que el vecino tiene voz y voto, siempre que coincida con el de los responsables, en este caso, municipales. Las instituciones incluyen al ciudadano en cada vez más decisiones, y todo ello debería enriquecer el sistema democrático. Aunque debe de haber excepciones. Que se lo digan a los vecinos de Uribarri, que reclaman dar su opinión en la reforma de una pequeña plaza, la de la Campa de las Escuelas. Al fin y al cabo, ellos la utilizan. Por suerte, las elecciones municipales y forales, a la vuelta de la esquina, dejarán, esta vez sí, la decisión en su mano.
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