Angrois intenta recuperar la normalidad mientras algunos de los vecinos reciben asistencia psicológica

Esperan que las cosas vayan "yendo a su sitio, sabiendo que eso estará ahí" para el resto de sus vidas
Vecino de Angrois junto a asientos del tren descarrilado
Vecino de Angrois junto a asientos del tren descarrilado
EUROPA PRESS
Vecino de Angrois junto a asientos del tren descarrilado

Los vecinos de la parroquia santiaguesa de Angrois intentan recuperar la normalidad y superar los acontecimientos vividos el pasado miércoles 24 de julio al descarrilar el tren que se ha cobrado la vida de 79 personas y que les ha obligado a muchos de ellos a solicitar asistencia psicológica para asumir lo ocurrido en la curva de A Grandeira.

Para ello, el Ayuntamiento de Santiago ha puesto a disposición de los vecinos de la parroquia un servicio de psicología gratuito así como "todos los medios" que les haga falta, ya que, según ha relatado el presidente de la asociación de vecinos de Angrois, Anxo Puga, "hay gente que la imagen no se la da sacado de la cabeza, y esperemos que cuando vaya la cosa a menos no crezca".

Puga ha informado de que "la gente ha hablado" con psicólogos, y por ello "se encuentran algo mejor", por lo que esperan que las cosas vayan "yendo a su sitio, volviendo poco a poco a establecer la normalidad, sabiendo que eso estará ahí" para el resto de sus vidas, ha indicado.

"A partir de esta semana es lo peor, porque ya la gente deja de venir y te das cuenta de todo lo que pasó", han señalado algunos de los vecinos, sobre los que Andrés Moure ha dicho que "muchos están muy afectados e impactados".

Otros vecinos han recalcado que muchos de ellos están necesitando ayuda psicológica, y han permanecido en sus casas porque prefieren no salir. Mercedes Moure, residente de Angrois, ha comentado que ella no ha necesitado ayuda psicológica aunque "hay gente que está muy mal". "Ha sido muy duro, pero yo pienso que se va a olvidar", ha dicho.

Por otro lado, el representante de los vecinos ha comentado que en Angrois siguen "tendiendo la mano a las familias", algunas de las cuales, ha dicho, se han acercado el domingo hasta la parroquia para hablar con los vecinos que colaboraron en las tareas de ayuda.

Así, Angrois intenta recuperar la normalidad mientras los operarios siguen retirando los escombros que se encuentran a un lado de la carretera y de las vías del tren, entre ellos algunos de los asientos del convoy. Asimismo, los técnicos continúan llevando a cabo las labores de reparación, que han permitido reanudar la circulación en la vía.

En las propias instalaciones del pueblo también han sentido las consecuencias del accidente, ya que el vagón que superó las barreras de la vía chocó contra el palco del pueblo, utilizado principalmente para oficiar misas y como almacén de mercancías durante las fiestas, y que después de todas las labores de salvamento ha quedado casi completamente destruido.

Orgullosos de ser de angrois

Ana Rial ayudó en todo lo que pudo después del descarrilamiento del tren. Así, ha recalcado que "cada uno echó una mano como pudo", una actuación que ha descrito como "algo admirable", aunque, en su opinión "cualquiera, en cualquier pueblo que le pasará así reaccionaría de la misma manera, porque reaccionas por impulso, no lo piensas", ha dicho.

Esta mujer de 44 años, natural de Angrois, ha asegurado que en la parroquia están "con desanimo, una cosa que tiene que ir pasando, hay que ir tirando".

Asimismo, Rial ha comentado que tras el accidente los vecinos se sienten impotentes y se preguntan si hicieron todo lo posible, aunque ha afirmado que se siente "muy orgullosa de ser de aquí", y ha destacado la unión de todo Angrois, "una unión que hay que estar aquí para sentirla", ha subrayado.

El párroco, don José, también ha acudido junto a sus fieles del barrio santiagués, donde se ha mostrado muy emocionado aunque ha asegurado saber que responderían adecuadamente si alguna vez ocurriese algo como la tragedia del pasado miércoles. Sobre él, "es lo más grande, alguien que les "apoya en todos los momentos"

Imágenes difíciles de olvidar

José Blanco fue uno de los primeros que llegó hasta el tren tras el accidente. Todavía hoy ha descrito para los medios de comunicación algunos de los episodios más duros vividos en la fatídica noche, pues fue el primero en entrar en uno de los vagones. Para él, que Angrois pueda volver a la normalidad depende de que "esto esté limpio y la prensa no esté por aquí".

"Estoy peor ahora que al día siguiente, o ese día", ha comentado, que ha añadido que "dan así bajones", especialmente en la soledad, cuando piensa "en esa gente, cómo estaban, y es difícil llevarlo, cada día que pasa es peor". Aunque otros de sus vecinos sí que están recibiendo apoyo psicológico, él ha señalado que no ha "hablado con nadie" y que "de momento" espera "a ver si va pasando", aunque no lo descarta "por si acaso".

Los vecinos ha seguido describiendo algunas de las escenas que vivieron el pasado miércoles, imágenes que intentan olvidar. "La vida continúa, ahora yo esto no creo que sea capaz de borrarlo", ha dicho uno de los vecinos que ayudó tras el descarrilamiento.

Así, ha señalado que "va a costar mucho trabajo, alguno estará psicológicamente peor que yo porque estuvieron abajo metidos quitando gente", de hecho, "los que lo vivimos así en directo estamos todos mal", ha finalizado.

Sobre la culpabilidad del accidente de tren, varios de los vecinos han coincidido en que "no se puede echar la culpa a un hombre solo" —en referencia al maquinista del tren, Francisco Jose G.A.—, puesto que, en su opinión, "no es el único culpable" aunque "es más fácil culpar a un hombre que a 50".

Recuerdo de los fallecidos

Ramos de flores y velas colocadas en la alambrada y distintos puntos de los paneles que rodean la vía en la que tuvo lugar el siniestro, son el reflejo de lo ocurrido en la noche del miércoles, y un recuerdo de las vidas que se perdieron.

Entre las ofrendas, una bandera del país con un gran crespón negro en el centro alude al luto de Galicia y los gallegos. "Todos vosotros fuisteis, sois y seréis un gallego más en nuestro corazón por siempre", reza una de las dedicatorias dispuesta en la valla.

Recuerdos provistos por distintas asociaciones, vecinos, y personas que han mostrado su apoyo a las víctimas y familias de la tragedia ferroviaria, como el de las vecinas de Castiñeiriño, que han lamentado las pérdidas y recordar que "Galicia está de luto".

Mostrar comentarios

Códigos Descuento