La intimidad de los soldados en Afganistán vista por el reportero Hetherington, muerto en Libia

  • Homenaje en Ámsterdam al fotoperiodista Tim Hetherington, ganador de un World Press Photo y muerto en 2011 cuando cubría la rebelión contra Gadafi.
  • Se expone la serie "Infieles", donde retrata a marines de los EE UU destinados en Afganistán con el mismo estilo que si se tratara de chicos de calendario.
  • La exposición se completa con "Soldados durmiendo" y "Diario", dos de los documentales del reportero, nominado al Oscar en 2011 por "Restrepo".
Una de las fotos de Tim Hetherington sobre soldados estadounidenses durmiendo
Una de las fotos de Tim Hetherington sobre soldados estadounidenses durmiendo
© Tim Hetherington, Courtesy Yossi Milo Gallery, New York
Una de las fotos de Tim Hetherington sobre soldados estadounidenses durmiendo

El fotoperiodista Tim Hetherington dedicó uno de sus últimos reportajes al retrato de los espacios de intimidad de algunos de los casi 70.000 soldados de los EE UU enviados a combatir en la Guerra de Afganistán. Bregado en la captura en vídeos y fotografías de muchos conflictos bélicos durante diez años, el reportero se dedicó, entre 2007 y 2008, a mostrar los espacios secundarios de la larga confrontación iniciada en 2001 "hermandad" de los militares destinados en una de las zonas más difíciles del teatro de operaciones, el valle de Korangal, en el noreste del país.

Hetherington aprovechó su gran conocimiento del terreno y del ambiente del fuerte militar estadounidense Firebase Phoenix —uno de los emplazamientos reproducidos, por cierto, en el videojuego de acción en primera persona Call of Duty: Modern Warfare 2— para retratar a los soldados con el mismo estilo glamouroso que emplearía cualquier fotógrafo de calendario de chicos: músculos, piel y sonrisas... Con el resultado, retratos en gran formato y con notable poder de seducción, conformó la serie Infidel (Infiel), que se expone hasta el 7 de septiembre en el museo FOAM de Ámsterdam.

Muerto por un mortero gadafista

La muestra tiene la categoría de un homenaje póstumo: el fotoperiodista murió el 20 de abril de 2011 en la ciudad libia de Misrata al ser alcanzado por un mortero que dispararon soldados gadafistas contra los rebeldes con los que se movía el reportero. Tenía 40 años y el día anterior había publicado un tweet que decía: "En la asediada ciudad libia de Misrata. Bombardeos indiscriminados de las fuerzas de Gadafi. No hay señales de la OTAN".

La exposición de la capital holandesa no solamente incluye las fotos de Infidel, sino la proyección de Sleeping Soldiers (Soldados durmiendo, 2009) y Diary (Diario, 2010), dos de los documentales realizados por Hetherington, que se consideraba un periodista multimedia y no se conformaba con fotografiar la guerra con imágenes estáticas.

Soldados "vulnerables y jóvenes"

En el primero, mediante una visión "tierna" de militares que duermen en zonas de combate, muestra "cuan vulnerables y jóvenes son estos soldados". En el segundo, mucho más arriesgado, condensa en forma de collage sus experiencias de una década como reportero de guerra. "Es un caleidoscopio de imágenes que enlazan nuestra realidad occidental con los mundos distantes que vemos en las noticias", declaró el realizador, nominado al Oscar al mejor documental por Restrepo (2010), codirigida con su amigo y colaborador Sebastian Junger, donde se muestra la vida de una patrulla estacionada durante quince meses en Korangal.

Si Hetherington, nacido en Liverpool (Reino Unido) en 1970, demostró en 2007 su mirada privilegiada para captar la demencia de la guerra con la fotografía de un soldado exhausto en un búnker afgano —la imagen ganó el premio World Press Photo—, en Infidel tenía otro objetivo en mente. "La serie es sobre los hombres. No quise que fuese, en una decisión consciente, (...) sobre la Guerra de Afganistán. La serie es sobre la experiencia del soldado, sobre la hermandad", explicó el reportero en su momento. "Quería mostrar cómo son y cómo viven. Los solemos ver en combate. Yo quiero verlos como jóvenes, durmiendo".

En las fotos no hay sangre ni referencia a las muchas víctimas del conflicto —según los últimos recuentos, más de 3.300 entre los soldados de la coalición y unos 19.000 afganos—. Se trata, dicen desde el museo, de "otra forma de mirar" la guerra, "desde el individuo".

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