Cobijo para asnos desamparados

Hace casi cuatro décadas, una doctora llamada Elisabeth Svendsen recibió en Inglaterra una herencia de 200 burros y decidió constituir una asociación para su cuidado.
Cuatro burros del centro, entre ellos Alberto, ciego, y su lazarillo de color blanco, Farruquito (R. B.).
Cuatro burros del centro, entre ellos Alberto, ciego, y su lazarillo de color blanco, Farruquito (R. B.).
Cuatro burros del centro, entre ellos Alberto, ciego, y su lazarillo de color blanco, Farruquito (R. B.).
Esta institución sin ánimo de lucro abrió una filial en Fuente Piedra en 2003 con el nombre El Refugio del Burrito. Y, desde entonces, alimenta y trata a unos 150 asnos de España y Europa que se encuentran desprotegidos.Abandonados, maltratados, incapaces para el trabajo, heridos... El director de este centro, Iván Salvía, cuenta que su equipo suele encontrarse así a los ejemplares, aunque algunos llegan «en buenas condiciones». Y cada uno tiene su historia. Han llegado a rescatarlos hasta en Nápoles, pues el zoo de la ciudad italiana se quedó en bancarrota.

Desde allí llegó Alberto, un asno ciego que ha encontrado su particular lazarillo y amigo en Farruquito, otro ejemplar de la finca malagueña. También  vienen de Galicia, por el acuerdo que mantienen con una asociación similar, aunque el primer animal que entró fue Romero, un burro taxi jubilado de Mijas donado por su propietario.

El Refugio del Burrito no cobra por llevarse los asnos y permite a través de su web (www.elrefugiodelburrito.com) que cualquiera pueda apadrinarlos. Es más, también tiene ocho burros en casas de adopción de Málaga, Sevilla y Granada. En ellas, un particular se compromete de por vida a cuidar de dos asnos.

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