Los autores de las mismas, profesores y fotógrafos, han querido mostrar los palomares con los que se han cruzado al recorrer caminos y carreteras durante una década, por lo que han tomado las fotografías a lo largo de las cuatro estaciones del año, en los diferentes momentos que tiene una jornada y en las distintas condiciones meteorológicas.

Con esta exposición, sus autores quieren trasmitir la "belleza" de estas construcciones populares y la de sus "envolventes paisajes", y esperan que, poco a poco, los palomares sean reconocidos por todos como un "símbolo" del territorio y que pasen a engrosar el Patrimonio Cultural, en este caso, de Castilla y León, según recoge Europa Press en un comunicado remitido por la organización.

Los palomares son construcciones civiles que pertenecen a la arquitectura popular, con una gran cantidad de formas y volúmenes, distribuidos por diversas zonas de España, sobre todo en Castilla y León, Aragón y la provincia de Guadalajara, ya que la mayoría de ellos fueron construidos en zonas cerealistas y como complemento alimenticio.

Suelen situarse fuera de los núcleos de población, como ocurre en Tierra de Campos, aunque también en otras zonas, se construyen como remate de las viviendas, puesto que se realizaban principalmente con adobe o con tapial, pero también con ladrillo y piedra, según en la zona donde estén ubicados.

El palomar sirve para alojar a las palomas y está localizado en aquellos lugares donde se puede realizar una cría abundante debido a su cercanía a cultivos de cereal. El hombre proporciona abrigo y comida a las palomas y estas, proporcionan los pichones que servían como complemento alimenticio, además de que en otros tiempos, se usaba la 'palomina' como fertilizante natural.

Los palomares tuvieron su mayor auge a finales del siglo XIX y en la primera mitad del siglo XX, pero actualmente, la mayoría están inutilizados, muchos derruidos, algunos rehabilitados y otros de reciente construcción, aunque ambién han aparecido en distintos lugares Centros de Interpretación de Palomares.

Los autores

Jesús Molina Hernando nació en Madrid en 1956, aunque pasó su infancia y adolescencia en Soria para, posteriormente seguir sus estudios en la capital española. Trabaja como profesor de Pedagogía Terapéutica en el Colegio de Educación Especial "Estudio-3" en Madrid.

Carlos de Guzmán Mataix es natural de Madrid, en donde nació en 1955. Pasó su infancia y adolescencia en Palencia para, posteriormente, estudiar en Madrid. Actualmente trabaja como orientador en el Instituto de Educación Secundaria "Calderón de la Barca" en Madrid.