Las uvas, en Afganistán

Los militares vallisoletanos, poco antes de salir hacia Afganistán. (Ical).

A miles de kilómetros de casa y sin sus familiares cerca, pero al menos con uvas, champán, campanadas y hasta la Puerta del Sol de fondo. Así celebraron la Nochevieja los cerca de 1.000 militares españoles destinados en Herat (Afganistán). Entre ellos, los 30 miembros, la mayoría vallisoletanos, de la Agrupación de Apoyo Logístico (AALOG-61), de la Rubia.«Hay tal nivel de compañerismo, que, aunque no sea lo mismo, sí que ayuda a olvidar un poco que no estás con tu familia», explica el responsable del grupo, el teniente coronel José Andrés Cuéllar. «Intentamos que se parezca a las costumbres españolas. En Nochebuena, lechazo y misa del gallo y en fin de año hicimos hasta una modesta Puerta del Sol».

Otra vez fuera

Varios de ellos ya pasaron otra Nochevieja fuera de casa, en Kosovo, y las sensaciones son las mismas: «Hay cosas en las que la experiencia no te ayuda, como en lo de echar de menos a tu familia», reconoce Cuéllar.

Desde que llegaron a la zona, el 10 de octubre, la principal misión de los soldados vallisoletanos ha sido reparar los vehículos. «Las carreteras están en muy mal estado y provoca muchas averías. También nos hemos encargado de suministrar cualquier cosa que pedían las otras fuerzas españolas», explica.

La situación en esta ciudad afgana es de «calma tensa», pero hasta el momento el teniente coronel indica que no ha pasado miedo.

Menú de nochevieja

Ibéricos, de entrada; marisco; langosta y productos navideños, de postre.

Sin respirar

J. Andrés Cuéllar. Teniente coronel

Comida que más les dan en Afganistán: Pollo.

Un plato que eche de menos: Ninguno.

Un deseo para 2007: Paz y felicidad.

¿Qué haría si no estuviera allí?: Visitar a los abuelos.

¿Echa de menos ver la tele?: Nada, las galas navideñas desde luego que no.

¿Un amigo nuevo?: He hecho muchos.

Las próximas Navidades en... Cuán largo me lo fiáis. Espero que en casa.