El Juzgado de Instrucción 1 de Granada ha decretado este viernes prisión provisional para el hombre de 37 años que confesó haber matado a su expareja, de 29 años, en el piso en el que convivieron antes de que iniciaran los trámites de separación.

El juez le atribuye la presunta autoría de un delito de homicidio o asesinato, han informado fuentes judiciales.

El hombre, O.C.T., ha pasado este viernes a disposición judicial tras recibir el alta del hospital en el que permanecía ingresado bajo custodia policial por los golpes que presentaba, uno de ellos en el cráneo, como consecuencia de un posible intento de suicidio en el peñón de San Cristóbal de Almuñécar, hasta donde se desplazó después de que supuestamente matara a su expareja en Granada.

Los hechos ocurrieron el martes pasado en el domicilio de Granada que la pareja compartió antes de que iniciaran los trámites de separación. Allí, la Policía Nacional halló muerta a la joven con varias puñaladas y signos de asfixia por estrangulamiento.

Aunque la víctima ya no convivía con su expareja, ambos se habían citado en el que fue el domicilio conyugal para tratar algunos asuntos relacionados con el piso y los trámites de separación.

El hallazgo se produjo después de que un amigo de la víctima, con la que al parecer compartía piso, diera aviso a la Policía después de que llamara insistentemente a la fallecida sin que le cogiera el teléfono y al temer lo peor dado que sabía que la joven había quedado con su expareja.

De forma paralela, la expareja de la víctima fue localizado de madrugada por la Policía Local de Almuñécar con golpes y magulladuras en las inmediaciones del peñón de San Cristóbal, donde al parecer había intentado suicidarse.

La detención de este hombre, que llevaba el teléfono móvil y la tarjeta de crédito de su expareja, se desencadenó después de que en una de las llamadas que hizo la Policía Nacional al móvil de la víctima, lo cogiera uno de los agentes de Almuñécar, que relató la situación.