El grupo municipal de UPN en el Ayuntamiento de Pamplona ha condenado "con rotundidad" la colocación de una ikurriña gigante frente a la fachada de la Casa Consistorial, lo que ha retrasado en 20 minutos el inicio de las fiestas de San Fermín, y ha criticado que "una minoría totalitaria intente imponer por la fuerza una imagen irreal de Pamplona y Navarra".

En un comunicado, UPN también ha censurado que "por los de siempre, no se haya alcanzado un texto de consenso en la Junta de Portavoces" celebrada tras el incidente registrado en el inicio de las fiestas.

Los regionalistas han rechazado "de forma contundente que una minoría radical y nacionalista pretenda utilizar la celebración más querida por todos los pamploneses para hacer política e imponer sus posiciones al resto de la ciudadanía".

Así, UPN ha condenado que "se intente imponer por la fuerza una imagen irreal de Pamplona y de nuestra comunidad, insultando a pamploneses y navarros" y ha exigido que "se abandone cualquier intento de hacer política durante las fiestas, llamando a celebrar los Sanfermines en concordia y libertad".

Por otra parte, los regionalistas han afirmado que "hechos como los de esta mañana demuestran que sigue sin existir normalidad en nuestra tierra y que una minoría sigue intentando pasar por encima de las convicciones de la mayoría".

Finalmente, UPN ha criticado que "Bildu y su entorno, igual que Batasuna, mantienen su proyecto totalitario y siguen intentando imponer los símbolos nacionalistas a todos los pamploneses". No obstante, ha expresado su "convicción de que pese a los envites de quienes intentan imponer sus ideas, Pamplona seguirá siendo Pamplona, Navarra seguirá siendo Navarra y los Sanfermines continuarán siendo las mejores fiestas del mundo".