Pero el Ayuntamiento de Murcia no se atreve a poner los resaltos. Lo ve peligroso. A la velocidad con que vienen los coches de la calle Correos y cogen la curva de Alejandro Séiquer, si de un día para otro se ponen resaltos, más de uno puede volar por los aires, apuntan desde Vía Pública.

Ahora la pelota está en el tejado de la comunidad de vecinos. Tendrán que decidir si prefieren el ruido de los coches al pisar las bandas sonoras en una de las calles con más tráfico de la ciudad o siguen como hasta ahora. La decisión la tomarán después que pasen las fiestas de Navidad.

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Otra curva peligrosa en Los Ramos

En la pedanía murciana de Los Ramos hay otra curva que pone en peligro a los conductores y a los vecinos que residen en las viviendas cercanas. Entre cinco y diez coches se ‘comen’ cada año la curva que está en el camino del cementerio. Remedios Martínez lleva 30 años viendo cómo los turismos se empotran en la verja de su casa: el 194 de la avenida de Murcia. Lo único que se puede hacer es esperar, se resigna el pedáneo, Antonio Marín. Aunque ha enviado escritos a la Dirección General de Carreteras y al Ayuntamiento, ambos se lavan las manos.