Un jurado popular enjuiciará a partir de este viernes al hombre acusado de matar de 32 puñaladas a su sobrina y a la vez expareja sentimental en la localidad sevillana de Marchena, hechos por los que la Fiscalía le pide 37 años de cárcel.

En su escrito de acusación, al que ha tenido acceso Europa Press, el Ministerio Público pide para el imputado 25 años de prisión por un delito de asesinato; once años por un delito de asesinato en grado de tentativa cometido sobre el que era novio de la víctima, al que asestó una puñalada en el cuello, y un año de cárcel por un delito de quebrantamiento de condena.

Además de la pena de prisión, la Fiscalía pide que el acusado, Fernando F.G., indemnice con 179.595,90 euros a la hija menor de edad de la fallecida; en 9.977,59 euros a cada uno de sus padres, y en 1.171,79 euros al novio de la víctima.

El imputado, de 35 años de edad en el momento de los hechos, inició una relación sentimental en 2005 con la víctima, I.D.R. y nacida en agosto de 1983, existiendo entre ambos una relación de parentesco, ya que eran tío carnal y sobrina, respectivamente, relación de la que nació una hija que actualmente tiene tres años.

El acusado tenía prohibido por varios juzgados aproximarse a la fallecida a cuenta de un delito de violencia de género, no obstante lo cual, sobre las 19,20 horas del día 27 de diciembre de 2011, se dirigió al domicilio de su sobrina "con el propósito de acabar con su vida", accediendo al inmueble con un juego de llaves que le había proporcionado.

En presencia de la hija menors

Una vez allí, cogió un cuchillo de cocina y permaneció escondido detrás de la puerta de la habitación destinada a los juegos de la hija menor de ambos a la espera de que su expareja regresara, cosa que hizo acompañada de su entonces novio, J.L.O., quien se dirigió a la habitación donde permanecía escondido el encausado ignorando su presencia.

"Sorpresivamente y sin mediar palabra", el imputado le dio un puñetazo y asestó una puñalada en el cuello con el cuchillo que portaba, tras lo que el perjudicado, que sufrió una lesión que suponía "un riesgo vital para la vida", huyó de la vivienda, siendo perseguido por el acusado "con la intención de apuñalarle nuevamente".

En ese momento, el acusado vio a la fallecida y le asestó dos puñaladas en el pecho y el cuello, dejándola malherida y tirada en el suelo de la cocina, todo ello ante la presencia de la hija menor de ambos, a quien cogió y entregó a los vecinos de la casa de al lado manifestándoles que se quedaran con ella, "que había matado a su mujer".

Rompió seis cuchillos al apuñalar a la fallecida

Seguidamente, se dirigió al bar 'Contento' e informó a sus amigos de lo que había ocurrido, tras lo que regresó a la vivienda y comprobó que la víctima se encontraba aún con vida, pero "lejos de auxiliarla" o llamar a los servicios sanitarios, volvió a apuñalarla hasta en 30 ocasiones, "prolongando la agonía de la víctima".

Según el fiscal, "su frialdad llegó a tal extremo que, como quiera que se le rompían los cuchillos, volvía a coger nuevos para proseguir su propósito, de manera que llegó a coger hasta 11 cuchillos de cocina, rompiéndosele seis de ellos al apuñalarla".