Naiala se proclamó ganadora de la octava edición de Gran Hermano por decisión de la audiencia del programa, que un día antes decidió que la vencedora debía ser en esta ocasión una chica, tras la expulsión de Pulpillo.
La brasileña venció en la votación a Laura (segunda) y Miriam (tercera) en una gala salpicada por la polémica acerca del trato que la presentadora Mercedes Milá ha dispensado durante el concurso a algunos de los concursantes, según denunciaron Javi, Laura y el mismo Pulpillo.
El momento de la noche fue el reencuentro entre la ganadora y Daniel López, su gran amor dentro de la casa.
En un principio todo fueron besos y sonrisas, pero la cosa cambió cuando Naiala descubrió por medio de los vídeos que Dani confesó durante el concurso que ésta no era el "amor de su vida", algo que empañó la alegría por la victoria de la concursante.
"Me lo esperaba porque lo comentaban en la casa, pero no quería escuchar porque me hacía daño, de todas formas tenemos que hablar", aseguró Naiala a la vez que miraba a Dani.
Sorpresas para la vencedora
La casa recibió la visita del mago Jorge Blas, quien con un truco de magia hecho con bolitas de Navidad dio a conocer el nombre de la ganadora.
Pero lo que realmente emocionó a la brasileña fue la primera visita que recibió tras ser proclamada vencedora, que no fue otra que la de su perro Nano.
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