El Banco de España advirtió en 2009 de los riesgos de las dos cajas gallegas y avisó en septiembre de ese año de que la viabilidad de Caixa Galicia estaba "cuestionada" y de que la calidad del crédito inmobiliario de Caixanova estaba "por debajo de lo normal" y le requería una serie de reclasificaciones de créditos.

Así consta en tres actas del organismo supervisor publicadas este jueves por el diario Faro de Vigo, en las que se recogen informes del seguimiento del Banco de España de la situación de las entidades gallegas.

La conclusión de una inspección actualizada a 30 de septiembre de 2009 y referida a los estados financieros al cierre del primer trimestre de ese año señala que el "crecimiento en inversión crediticia a tasas muy elevadas en los años 2004, 2005, 2006" en Caixa Galicia la llevó a "una alta exposición en el sector inmobiliario".

Además, apunta que "operaciones corporativas sobre empresas de dicho sector" provocaron también "fuertes necesidades de saneamiento" que, pese a los "esfuerzos" realizados en los cierres de 2007 y 2008, no se habían podido absorber en 2009, por lo que quedaban pendientes para el ejercicio siguiente "saneamientos muy cuantiosos".

Adicionalmente, continúa el documento, la caja con sede en A Coruña tenía "una alta dependencia de mercados mayoristas e interbancarios" en su sistema de financiación. "Todo lo anterior, unido a su justeza de solvencia, hace que se considere su perfil de riesgo supervisor como muy alto, siendo cuestionada su viabilidad como entidad independiente", concluye.

Otro informe actualizado a 31 de diciembre de 2008 sobre el estado de Caixanova, fechado el 14 de julio del año siguiente, sitúa en 3.490 millones de euros el riesgo total dispuesto en la entidad, lo que representaba el 19% del crédito total.

Problemas de gestión

En su análisis, el Banco de España hace una serie de requerimientos sobre la reclasificación de algunos créditos y pide a la caja que ponga "especial atención" a la clasificación y valoración de las operaciones crediticias. Advierte de que "el riesgo crediticio inmobiliario de la entidad es de una calidad por debajo de lo normal".

También detectó problemas en el funcionamiento de los órganos de gestión y control, en concreto en la supervisión de la concesión de riesgos, que consideró "no lo suficientemente adecuada".

El tercer análisis, referido a Caixa Galicia, fue remitido en diciembre de 2010, con las dos cajas ya formalmente fusionadas en Novacaixagalicia, a la dirección de la nueva entidad. De nuevo, la situación que se tiene en cuenta es la del cierre del primer trimestre de 2009.

"desafortunada" expansión

El documento indica que fue "al inicio del año 2007" cuando "comenzaron a aflorar los primeros síntomas de deterioro de la evolución" de Caixa Galicia, "consecuencia de su desafortunada apuesta de expansión durante los últimos años".

Dicha expansión, agrega, "se caracterizó por una política agresiva de crecimiento en materia crediticia, sin haber reforzado los controles internos" y dirigida a "segmentos muy sensibles al ciclo económico". La financiación apeló a mercados mayoristas, lo que "produjo un fuerte deterioro del perfil de riesgo supervisor de la caja".

Así, llama la atención sobre "un elevado nivel de morosidad" y pide reclasificar algunos créditos. El Banco de España explica que en julio de 2008 pidió a la entidad elaborar un plan de negocio "concreto y detallado" para afrontar la crisis. Sin embargo, "a la vista de la limitada capacidad de la entidad de generar resultados recurrentes con que cubrir los ajustes", se iniciaron, "a finales de 2009", contactos con Caixanova "para llevar a cabo un proceso de integración mediante la fusión de ambas cajas".

El supervisor remite precisamente este informe a la caja fusionada para indicar que se prevén pérdidas netas de 1.463 millones correspondientes a Caixa Galicia y que están pendientes algunas correcciones valorativas.