'Fallar mejor', arte audiovisual que examina la idea del fracaso

  • Una colección de clips de cine y vídeo repasa las diferentes caras del fallo.
  • Entre las obras, creadas entre los años sesenta y la actualidad, hay piezas de Marina Abramović, Tracey Emin, John Baldessari y Gillian Wearing.
  • De un ciclista cayéndose al agua a las confesiones de una mujer alcohólica, la muestra exhibe el aspecto lúdico y también traumático del fracaso.
'Caída 2', 'performance' de 1970 realizada por Bas Jan Ader, artista holandés
'Caída 2', 'performance' de 1970 realizada por Bas Jan Ader, artista holandés
© Mary Sue Ader Andersen / Bas Jan Ader  - Estate at the Patrick Painter Gallery
'Caída 2', 'performance' de 1970 realizada por Bas Jan Ader, artista holandés

El fracaso es el gran temor, la oscura posibilidad que nadie quiere contemplar, el tabú de una sociedad cada vez más competitiva y menos compasiva con el débil..., pero también una oportunidad de reírse de uno mismo, de aprender y sobreponerse. "Si lo intentaste. Si fallaste. No importa. Inténtalo otra vez. Falla otra vez. Falla mejor", decía el escritor irlandés Samuel Beckett (1906-1989), que aderezaba sus experimentos narrativos con toques de psicoanálisis y un oscuro sentido del humor.

El museo Hamburger Kunsthalle —en Hamburgo (Alemania)—, parafrasea al autor y expone hasta el 11 de agosto Besser Scheitern (que se podría traducir por Fallar mejor), una colección de obras de arte audiovisuales que muestran las diferentes caras del fallo. Creados entre los años sesenta y la actualidad por autores como Marina Abramović, John Baldessari, Tacita Dean, Rineke Dijkstra, el artista londinense Steve McQueen, Gillian Wearing y Tracey Emin, los clips de cine y vídeo analizan aspectos lúdicos, divertidos y sorprendentes y también traumáticos.

Bas Jan Ader (1942-1975) personifica en sus performances la pérdida de control: en Fall 2 (Caída 2), de 1970, pasea en bicicleta cerca de un canal en Amsterdam y cae al agua en un engorroso accidente que muestra la caída como una metáfora visual del fracaso. Rineke Dijkstra (1959) graba a una niña mirando a un objeto fuera de cámara que intenta después copiar sobre un bloc de dibujo. El título Ruth Drawing Picasso (Ruth dibujando a Picasso) es la única indicación de que la niña de uniforme, que trata de concentrarse en medio de las constantes distracciones de una excursión escolar al museo, lucha por realizar una copia imposible.

Los traumas de la adolescencia de Tracey Emin

En un repaso que abarca desde el tropiezo fortuito a la tragedia, la exposición recopila trabajos como el de Guy Ben-Ner (1969), que resume en una grabación de vídeo un viaje por carretera lleno de tropiezos y accidentes. Tracey Emin (1963) confiesa por qué nunca se convirtió en bailarina y narra con imágenes un trauma de la adolescencia en un concurso local de baile.

Gillian Wearing (1963) compone el emotivo retrato de Lindsey, una alcohólica sin hogar que murió de una cirrosis hepática cuando la artista apenas la había entrevistado en un par de ocasiones: el doloroso testimonio de la gemela de la fallecida completa las imágenes con una voz en off que describe la frialdad del funeral, narra la difícil relación de Lindsey con su madre y habla de algunos de los recuerdos que tiene de su hermana.

Los organizadores de la muestra destacan el poco margen de fallo que nos permite la sociedad actual, "dominada por la efectividad y una inquebrantable fe en el progreso". Sin embargo, matizan que, en el mundo del arte, es un riesgo que se tiene que aceptar. El proceso creativo es "una forma necesaria de experimento" y no lograr lo deseado significa que el artista "se ha aventurado a salir de un territorio seguro y familiar y se ha atrevido a intentar algo nuevo".

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