Construcción: Uno de los sectores más pujantes de nuestra economía alberga cerca de 100.000 empleados inscritos (96.800), pero el sindicato calcula que los no inscritos les superan en número: entre 130.000 y 135.000.
Agricultura: Las casi 20.000 personas que desempeñan su labor en el campo (19.200) se enfrentan a dos grandes escollos: jornadas de trabajo con horarios por encima de la media y temporalidad. Además, hay unos 10.000 sin contrato.
Industria: 48.400 empleados como marca la ley y unos 24.000 al margen de ella. El subsector más sumergido es el textil, donde el 80% de las empresas tiene cinco o menos trabajadores. Gran culpa tiene la cantidad de talleres clandestinos que han proliferado en los últimos años.
Servicios: Sus 214.900 contratados arrojan otras 38.000 que cobran bajo cuerda. En hostelería y restauración, habría unos 18.000 sin contrato; mientras que en comercio, en torno a 10.000. Unas cifras que suelen crecer en verano y a las que hay que añadirle las 10.000, al menos, del servicio doméstico.
Cábalas para la rama doméstica
Una de las ramas más difíciles de cuantificar es el servicio doméstico. UGT calcula que, por lo menos, Málaga cuenta con 10.000 trabajadoras que no cotizan. Una cifra que incluso se antoja corta para un subsector que ha crecido enormemente con la inmigración. Valores seguros sí son los últimos datos del paro: en noviembre había 85.370 desempleados en la provincia, de ellos 51.071 son mujeres.
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