El 76,5 por ciento de los alumnos zamoranos de los cursos que comprenden entre Educación Infantil y Bachillerato de los centros educativos de la Diócesis, tanto públicos como privados, escogió la asignatura optativa de Religión durante el presente curso.

Según los datos que ha hecho públicos la delegación diocesana de Enseñanza, de los 17.214 escolares matriculados, 13.177 cursan la denominada Enseñanza Religiosa Escolar (ERE).

Por lo que respecta a los centros educativos de titularidad pública el porcentaje es del 66,8, mientras que en los colegios de titularidad canónica se eleva al 99,8, casi en su totalidad.

En cuanto a los ciclos de enseñanza, en los cursos de Educación Infantil cursan la asignatura de Religión un 82 por ciento de los alumnos, y lo hacen también el 80,9 por ciento de los matriculados en los seis cursos de Educación Primaria.

No obstante, el porcentaje baja en la Educación Secundaria, con un 50,6 del alumnado, y en Bachillerato, con un 34,6 de los escolares.

En toda España, el porcentaje global de alumnos que están matriculados en la asignatura de Religión es del 66,7, por lo que la diócesis de Zamora supera casi en 10 puntos la media nacional.

El delegado diocesano de Enseñanza, Juan Carlos López, ha valorado estos datos "como una muestra más del interés que despierta el hecho religioso en la sociedad, especialmente en los padres que siguen optando por la enseñanza de religión para sus hijos como oferta de crecimiento integral".

En el contexto de las polémicas recientes, López ha considerado que "con motivo de la nueva LOMCE hay quienes de manera demagógica elevan su voz contra un derecho, no una imposición, que está regulado constitucionalmente no sólo en España sino en la mayor parte de los estados democráticos del mundo".

Por último, el delegado ha añadido que "sería deseable que la enseñanza de Religión en la escuela encontrara su lugar, ajeno a enfrentamientos políticos, y pudiéramos construir entre todos un modelo educativo de encuentro, respeto y reconocimiento hacia las propuestas de las religiones en general y de la cristiana católica en particular. Negar el hecho religioso en el marco educativo es darle la espalda a la tradición occidental sobre la que hemos construido nuestro proyecto de convivencia y humanidad".