El ourensano acusado de envenenar a un vecino declara que la estricinina era para matar jabalíes

Pide perdón por olvidar en un camino la bolsa con la botella de vino envenenado que cogió la víctima OURENSE, 27 EUROPA PRESS) El vecino de Castro de Escuadro, en el municipio ouresano de Maceda José Luis L.A. se sienta por segunda vez en el banquillo de los acusados de la Audiencia Provincial para ser juzgado como presunto autor de la muerte de un vecino, envenenado con estricnina mezclada con vino en una botella y argumentó, entre otros detalles, que preparó el veneno para empapar pan y matar a los jabalíes "como hace todo el mundo, aunque no lo digan porque está prohibido", declaró.
Juicio por envenenamiento con estricnina en Ourense
Juicio por envenenamiento con estricnina en Ourense
ROSA VEIGA
Juicio por envenenamiento con estricnina en Ourense

Pide perdón por olvidar en un camino la bolsa con la botella de vino envenenado que cogió la víctima

OURENSE, 27

Europa press)

El vecino de Castro de Escuadro, en el municipio ouresano de Maceda José Luis L.A. se sienta por segunda vez en el banquillo de los acusados de la Audiencia Provincial para ser juzgado como presunto autor de la muerte de un vecino, envenenado con estricnina mezclada con vino en una botella y argumentó, entre otros detalles, que preparó el veneno para empapar pan y matar a los jabalíes "como hace todo el mundo, aunque no lo digan porque está prohibido", declaró.

El juicio tuvo su primera sesión, de las tres previstas, en la mañana del lunes y comenzó con la selección de once integrantes del jurado popular, entre los 22 que fueron convocados, en un proceso que se repite después de que el acusado fuese condenado por el mismo delito, a 17 años de prisión en noviembre de 2011, anulados en diciembre de 2012 por una sentencia del Tribunal Supremo, cuando el acusado ya llevaba dos años en la cárcel.

La anulación se basó, según el TS, en la supuesta confesión que hizo José Luis L.A. a un guardia civil durante su traslado, pero sin garantías procesales como la presencia de un abogado, y considerada por el jurado popular como prueba fundamental, por lo que debe repetirse el juicio, omitiendo esa prueba.

En su declaración, la primera de la vista, el acusado dijo acogerse al derecho de no declarar y sólo respondió a preguntas de su abogado, en una sala con un público formado por familiares de la víctima, vecinos y estudiantes de Derecho en prácticas.

No había enemistad

En las respuestas del acusado, la primera fue a la pregunta de su abogado sobre por qué, contra su criterio profesional, decidió no responder a las preguntas del fiscal ni de la acusación particular: "porque los otros señores no me creen", replicó.

Luego detalló lo ocurrido en la finca de Castro de Escuadro, conocida como Os Pereiros, donde, según dijo, el domingo 22 de noviembre de 2009, hubo una batida para cazar jabalíes.

"El domingo 22 fui a las fincas que tiene mi madre después de preparar una botella de vino con algo de estricnina, pues es un veneno que se usó siempre contra las alimañas y allí hay lobos y jabalíes y todo el mundo lo utiliza, aunque nadie lo diga porque está prohibido", señaló.

Según su relato, su intención era empapar pan que había dejado días antes en el monte, con aquel vino envenenado para matar a los jabalíes pero se paró a hablar con un cazador.

"A pocos metros vi muchas setas del tipo cogordo, y apoyé la bolsa con la botella en el sendero y saqué otra vacía que comencé a llenar con las setas que me iba encontrando allí mismo y luego me volví al coche, pero olvidé recoger la bolsa con la botella, así que me volví para casa sin siquiera llegar a la finca que es propiedad de Felisindo y queda de camino a las de mi madre", detalló.

El acusado consideró un "fatalidad" que su "olvido" provocase la muerte de su vecino y pidió perdón por ello pues, según dijo, nunca deseó la muerte "ni de él ni de nadie" y dijo que no existía enemistad. "De hecho, pocos días antes de esta fatalidad, le ayudé a devolver a su prado a un grupo de vacas que compró que le salieron muy bravas", agregó.

"muerte atroz"

Por su parte, el fiscal explicó, en su informe provisional nada más comenzar la sesión del juicio, que el acusado "ideó, planeó y ejecutó" lo necesario para "dar una muerte atroz y cruel a su mayor enemigo" y se dirigió a los miembros del jurado para alertarlos ante sus posibles sentimientos de "lástima y compasión por el acusado" y para que eso no les impida "ver la gravedad de los hechos y recordar que las víctimas son ahora la viuda y los hijos del fallecido, cuya vida fue truncada a los 64 años".

Por su parte, el abogado de la acusación particular, ejercida por la familia de la víctima, se dirigió también a los jurados para explicarles que su trabajo acusador y el del fiscal son diferentes, pero ambos coinciden en considerar a José Luis L.A. culpable de asesinato porque su acto "no fue realizado de cualquier forma sino en la más cruel, con veneno, debido a su profundo odio, y buscando que no se le pudiese acusar de ello".

Tras explicar como fue su envenenamiento, dijo que en sus últimos momentos de vida, la víctima pudo explicar a su familia y a un vecino que estaba en su casa "dónde y cómo encontró la botella de vino envenenada".

La defensa explicó en su informe previo, que el principio de la presunción de inocencia debe prevalecer "y ante la más mínima duda, su obligación es absolverlo" y añadió que fiscal y acusación son los que tienen que probar "de forma indudable que al acusado acabó con la vida de Felisindo". "Ya les anticipo que no expondrán una prueba clara y contundente porque no existe", remató.

Conversaciones telefónicas

La vista del lunes comenzó con los informes previos de las partes y varias cuestiones, como la reclamación de fiscal y acusación particular, para que se reproduzcan durante el juicio las conversaciones telefónicas grabadas entre el acusado y su esposa y la de la defensa de ampliar el espacio en el que se desarrollará la inspección ocular del lugar de los hechos, prevista para el miércoles. Ambas fueron descartadas por la jueza.

El juicio seguirá el martes con las declaraciones de familiares, vecinos, agentes de la guardia civil y peritos y rematará el miércoles con la inspección ocular del lugar de los hechos y las conclusiones de las partes cuyas peticiones de pena son las mismas que las presentadas en el juicio de 2011. Así, la acusación solicitan 17 años de prisión e indemnizaciones para la familia por un delito de asesinato con alevosía, mientras que la defensa pide la total absolución por un delito de homicidio imprudente.

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