Y para ello el guitarrista y cantaor ha decidido rodearse de una joven banda de músicos en la que se incluyen su hijo Luis y el mítico guitarrista sevillano Andrés El Pájaro.

Rafael Amador regresa tras unos años inmerso en otros proyectos, empujado por la carrera en solitario de Raimundo, que abandonó el grupo a mediados de los años noventa.

Pero ha llegado la hora de regresar a lo más alto. Madrid, Barcelona y País Vasco son algunas de las paradas que hará el nuevo tren en el que se ha subido Rafael. De momento, la primera estación es Málaga. El sábado por la noche cumplirá con lo dicho y colgará el No hay billetes en la Sala Vivero.

Le precederá en el escenario otra dosis de fusión flamenca: esta vez Furula será el grupo que acompañe al mito en el escenario. Esta banda nace de la unión del ex vocalista de Terrá, de raíces más flamencas, y los mágicos instrumentos de Bastarkeaton (expertos en el jazz fusión). Una nueva forma de hacer música que se desborda, sobre todo en la plenitud de los directos.

* Sala Vivero. C/ Parauta, 25c. Sábado, a las 2.00 horas, apertura de puerta. Precio: 18 euros la anticipada (20 en taquilla).

Del mito a la leyenda

Lo definen como un grupo mítico dentro de la música española, y hay razones para ello. Desde los años setenta, con Veneno –el grupo que Raimundo y Rafael Amador formaron con Kiko Veneno–, no han dejado la música. A finales de la década ya se separaron para formar Pata Negra, y aunque su éxito fue limitado al principio, el mito fue creciendo hasta convertirse en leyenda. Ya en los ochenta publicaron varios discos fantásticos que los hicieron populares, como Pata Negra, (1981) o Rock Gitano (1983). Pero el que realmente les acercó a la gloria fue Blues de la Frontera (1987), un álbum en el que la fusión del flamenco y el blues llegaba a sus máximos de elegancia.