El jurado declara culpable de asesinato al acusado del doble crimen de Rey Badis

El jurado ha declarado en la tarde de este viernes por unanimidad culpable de asesinato al hombre enjuiciado desde el pasado lunes en la Audiencia de Granada como responsable de la muerte de un padre y su hijo en un edificio de la Plaza del Rey Badis, en la zona norte de la capital granadina, tras dispararles con una pistola semiautomática después de haber discutido por un televisor.
Acusado de matar a un padre y su hijo en Rey Badis
Acusado de matar a un padre y su hijo en Rey Badis
EUROPA PRESS
Acusado de matar a un padre y su hijo en Rey Badis

El jurado ha declarado en la tarde de este viernes por unanimidad culpable de asesinato al hombre enjuiciado desde el pasado lunes en la Audiencia de Granada como responsable de la muerte de un padre y su hijo en un edificio de la Plaza del Rey Badis, en la zona norte de la capital granadina, tras dispararles con una pistola semiautomática después de haber discutido por un televisor.

Tras la lectura del veredicto, que ha tenido lugar pasadas las 20,45 horas, la Fiscalía ha mantenido su petición de 35 años de prisión para el inculpado, Israel G.R., por dos delitos de asesinato, mientras que la acusación particular, representada por el director jurídico de IFS Abogados, José Ignacio Francés, ha solicitado 40 años, 20 por cada asesinato. La defensa, por su parte, que pedía inicialmente la libre absolución, ha solicitado a la presidenta del tribunal una condena en el mínimo grado de pena de prisión.

El tribunal popular ha considerado probado por unanimidad que el acusado fue el único autor del doble crimen, que efectuó disparando por la espalda a padre e hijo sin dejarles "posibilidad de defensa". Han descartado además que fuera el hijo del procesado, menor de edad, el que apretara el gatillo, pues, según el informe de la Policía, la pistola semiautomática utilizada sólo la podría disparar una persona que conociera el arma en contra de lo que aseguró el propio enjuiciado.

Por otra parte, en la última sesión del juicio la Fiscalía pidió que se abriera un nuevo proceso contra él y su esposa por los posibles delitos de falso testimonio y abandono de familia, tras culpabilizar a su hijo menor de edad, de unos 10 años, de apretar el gatillo contra las víctimas.

Según la acusación de la Fiscalía, los hechos ocurrieron el pasado 28 de febrero de 2012 en los pasillos de un edificio situado en el número 1 de la plaza Rey Badis, donde se inició una discusión entre el acusado, una de las víctimas, Joaquín J.P. de 34 años, y el hermano de este último, los cuales vivían en el mismo edificio.

El motivo era un televisor que el procesado, Israel G.R., había prestado a Joaquín J.P., y que quería que le devolviese, por lo que la discusión fue subiendo de tono hasta que el inculpado le dijo expresiones como "tú a mi no me conoces" y "te tengo que matar, os vais a tener que ir a Barcelona", tras lo que se separaron los tres vecinos.

Poco tiempo después, sobre las 16,45 horas, el hermano de la víctima acudió a su domicilio y cuando ambos abandonaron el piso e iban bajando las escaleras, Israel G.R. salió de su casa y en el rellano volvió a dirigirse a Joaquín para decirle "vas a tener un problema conmigo, esto no va a quedar así, te tengo que matar".

Los hermanos no hicieron caso a estas palabras, bajaron las escaleras y cuando estaban ya en el portal del bloque dispuestos a salir a la calle, el procesado les dijo que esperaran para hablar "como los hombres".

En ese momento se dieron la vuelta y "de forma totalmente sorpresiva", Israel G.R. realizó siete disparos contra Joaquín desde el otro extremo del pasillo, a unos cuatro metros de distancia, y con "intención de acabar con su vida". Para ello, usó una pistola semiautomática de calibre 9x19 y con número de serie LAC 932, el cual había sido borrado.

Dos de los disparos alcanzaron a Joaquín, uno en la parte superior del hombro izquierdo y el otro en la espalda, afectando a órganos vitales como el pulmón y la arteria aorta, por lo que murió en el acto.

Al darse la vuelta, el acusado se encontró al hermano de la víctima y al padre, Joaquín J.L. de 64 años entonces, que también vivía en el mismo edificio y al que disparó por la espalda con la intención de acabar con su vida. Una bala le alcanzó en el glúteo de la pierna izquierda y le desgarró la femoral, llegando a salir por el muslo de la misma pierna.

El hombre fue trasladado al Hospital San Cecilio, donde falleció horas después a consecuencia de las heridas producidas por el disparo.

En el registro practicado en el domicilio del acusado se hallaron un total de 462 cartuchos metálicos de diversos calibres, 78 cartuchos semimetálicos, tres cartuchos de salva, cuatro vainas, dos cananas, seis cargadores y una pistola detonadora marca BBM, por lo que está previsto que se abra otro nuevo procedimiento penal.

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