La portavoz parlamentaria del Partido Popular (PP) de Canarias, Australia Navarro, señaló que el Gobierno central "no está dispuesto a que España se resigne ante un fracaso escolar que supera el 25 por ciento", por lo que apuntó que la reforma legislativa que promueve en el ámbito de la educación apuesta por la "cultura del esfuerzo y por los resultados educativos".

Para Navarro no se puede "seguir de brazos cruzados ante unos resultados muy negativos de fracaso y abandono" escolar que en España se sitúa en el 25 por ciento y en Canarias "se dispara hasta el 28 por ciento" de los alumnos en edad escolar.

"Ni nos resignamos, ni nos conformamos, ni estamos dispuestos a convivir con naturalidad con algo que no es natural, ni lógico ni aceptable", apuntilló en un comunicado.

Agregó que en el caso de Canarias, el fracaso educativo "es un factor determinante" para explicar la tasa de desempleo juvenil, al considerar que mientras no haya un sistema educativo "exigente y evaluable" no se obtendrán resultados positivos y "la reforma persigue eso precisamente".

En este sentido, la portavoz parlamentaria ha lamentado las reacciones políticas del Gobierno de Canarias ante la reforma que se tramita porque, dijo, "CC y PSOE deberían ser los primeros en reconocer que después de 30 años ejerciendo la competencia educativa, los resultados son desoladores".

"No es una cuestión de más o menos financiación, es una cuestión de que el modelo vigente del PSOE se ha revelado ineficiente y necesita una reforma en profundidad", apostilló.

Respecto a la tasa de abandono escolar de Canarias que alcanza un 28,3 por ciento, se encuentra tres puntos por encima de la media nacional (24,9%) y "más del doble del resto de países de la Unión Europea (13%), lo que significa que prácticamente uno de cada tres jóvenes canarios abandona al terminar la etapa obligatoria y muchos sin haber conseguido siquiera el título de la ESO".

A ello, insistió, hay que sumar que el archipiélago cuenta con la tasa de paro juvenil "más alta de toda Europa, casi el 70 por ciento", lo que implica doce puntos por encima de la media española y además, dijo, encabeza el ranking de "NI-NIs de los países de la OCDE, con casi un 26 por ciento de jóvenes que ni estudian ni trabajan".