Comprar tabaco en el bar será más difícil en enero

Los camareros deberán tener un mando para permitir que la cajetilla caiga de la máquina. A la mitad de los locales no les dará tiempo a instalarlo.
Un mando habilita la compra.
Un mando habilita la compra.
Un mando habilita la compra.
Desde el 1 de enero, quien quiera comprar tabaco en un bar lo tendrá algo más difícil.  Deberá comunicárselo al camarero para que active mediante un mando a distancia la máquina expendedora. El objetivo de esta ley es evitar que los menores de edad compren una cajetilla aprovechando el ajetreo de los establecimientos.Sin embargo, la mayoría de los propietarios de los locales ha vuelto a dejar para el final sus deberes: tan sólo el 35% de los bares de la capital ha instalado ya el sistema, según el gerente de Maquinarias Pérez Otero, Luis Ángel Pérez, que distribuye las máquinas de Jofemar en Valladolid (ésta es la empresa que más clientes tiene).

Sólo funcionará la mitad

«La gente es reacia con las normas nuevas y cuando lo pide ya es tarde. Yo creo que a final de año no se habrá colocado el sistema ni en la mitad de las máquinas», indicó. «Ahora ya hay lista de espera, ayer me llamaron unos 20 propietarios», aclaró.

Fuertes multas

Si los bares de Valladolid no incorporan la tecnología no podrán vender tabaco, ya que no se puede dar en mano. Además, si un inspector los sorprende dejando comprar a un menor en sus máquinas expendedoras, la multa oscilará entre los 601 y los 10.000 euros.

En Valladolid capital hay 1.961 bares, de los que un 80% vende tabaco.  A estos hay que sumarles las 75 cafeterías que existen y  los 195 restaurantes.

Él ya la tiene adaptada a la ley

Nacho. Dueño de la cafetería Colombia.

«Nos obligan a ser policías».

«Para nosotros será un poco pesado, ya que tendremos que estar preocupados de una cosa más. Ahora hay que llenarla y desde enero también dar al botoncito y vigilar quién compra. Nos obligan a ser un poco policías, pero si el objetivo es evitar que los más jóvenes fumen, pues me parece bien. La realidad es que ahora estás trabajando y no te enteras de todo lo que pasa, aunque yo ya he pedido el carné a los que creo que no son mayores de edad. A los clientes no sé si les molestará, pero desde luego que si quieren fumar no les va a quedar otra que acostumbrarse. Nos ha costado unos 240 euros instalar el sistema, que hasta el 1 de enero no empezaremos a usar».

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