Desarticulado un clan familiar que falsificaban recetas médicas para conseguir un potente medicamento

La Policía Nacional ha detenido de R.M.C., de 44 años de edad y vecina de Cádiz, como presunta cabecilla de una trama para falsificar masivamente recetas tanto privadas como públicas del Instituto Social de las Fuerzas Armadas (ISFAS), así como ha imputado a su pareja, hermana y la pareja de ésta acusados todos ellos por estafa y falsedad documental.

La Policía Nacional ha detenido de R.M.C., de 44 años de edad y vecina de Cádiz, como presunta cabecilla de una trama para falsificar masivamente recetas tanto privadas como públicas del Instituto Social de las Fuerzas Armadas (ISFAS), así como ha imputado a su pareja, hermana y la pareja de ésta acusados todos ellos por estafa y falsedad documental.

En un comunicado, la Policía explica que el objetivo de la trama era obtener fraudulentamente bezodiazepina, un potente antidepresivo con efectos relajantes y sedantes "con un gran mercado negro entre trabajadores nocturnos y culturistas, que también se utiliza como material de corte para distintos estupefacientes como la heroína".

Así las cosas, el Cuerpo Nacional de Policía investigaba la denuncia presentada por una doctora de una clínica privada de la ciudad de Cádiz que dio cuenta de cómo alguien había falsificado una receta médica privada con su firma y numero de colegiada para adquirir un medicamento bajo prescripción médica. Fue el personal de una farmacia quienes se percataron de que la receta podía haber sido manipulada y se pusieron en contacto con la doctora para comunicarle lo ocurrido.

La receta presuntamente falsificada era una mera copia a color de la receta original, en la que había sido manipulada la zona del documento donde se prescribe el medicamento para, una vez impreso, escribir de forma manual el medicamento que los autores de la falsificación pretendían adquirir.

En este momento, los investigadores contactaron con la Inspección de Farmacia de la Consejería de Salud de la Junta de Andalucía para determinar si este caso pudiera tratarse de un hecho aislado o bien si pudieran existir más casos de recetas falsas tramitadas en esta demarcación. De esta manera, las primeras gestiones dieron con varias recetas con indicios de falsificación en distintas farmacias de las localidades de Cádiz y Puerto Real, entre las que se encontraban recetas privadas y recetas oficiales del ISFAS prescritas por centros sanitarios privados de ambas localidades.

EL '

Modus operandi'

El 'modus operandi' de este clan consistía en acudir a consultas médicas en centros sanitarios públicos y privados para conseguir la expedición de recetas que posteriormente copiaban y alteraban en alguno de sus elementos fundamentales, para luego tramitarlas en diferentes farmacias de localidades del entorno de la Bahía de Cádiz, ocasionando el consiguiente perjuicio económico a la entidad emisora de las recetas.

Con estas investigaciones se comprobó que R.M.C. se introducía en las farmacias aprovechando la congregación de clientes, evitando siempre aquellas que se encontraban vacías, y una vez en el interior, para no levantar sospechas, dialogaba con total naturalidad con los empleados, relatándoles que "es enfermera de profesión y que padece múltiples dolores o que tiene alguno problemas psicológicos".

Su compañero sentimental J.R.G, que reside en Puerto Real, la recogía en el domicilio de ésta con su vehículo particular, y hacían el recorrido por distintas farmacias de Cádiz u otras localidades del entorno de la Bahía, donde sólo entraba ella, mientras él esperaba en el exterior "en actitud vigilante de espera".

Según los cálculos de la Policía, el número de cajas que podrían haber obtenido con esta manera de proceder podría ascender a más de 300, así como que puede haber muchísimas más recetas privadas repartidas por otras tantas farmacias del entorno de la Bahía y que no se habrían localizado ya que este tipo de recetas, una vez tramitadas y dispensadas en los establecimientos, terminan en los archivos de las propias farmacias y en ningún caso se remitirían a la Inspección de Farmacia.

Entre las hipótesis que barajan los investigadores, cobra fuerza que el destino último que le pudieran dar al medicamento fuera el tráfico de la sustancia ya que su consumo estaría muy extendido entre los profesionales que desarrollan su actividad en horas nocturnas, así como en gimnasios entre los consumidores de sustancias tales como anabolizantes y esteroides. En todo caso destacan que su comercialización fuera de los cauces legales puede ser "muy lucrativa", ya que la caja del citado medicamento puede alcanzar un precio entre los 20 y 30 euros.

Otros delitos

Por otro lado, estos hechos también estarían relacionados con un posible fraude perpetrado por R.M.C. al utilizar una tarjeta de una entidad medica privada expedida a nombre de su hermana E.M.C., de 32 años de edad, cuya identidad usurparía para recibir más de 49 asistencias médicas en distintos centros médicos privados ya que los abonos de las asistencias sanitarias constarían a cargo de la aseguradora.

Además, en esta línea también pudo recibir cierto número de asistencia abonadas por la entidad privada por medicación de ISFAS consistente en tratamientos combinados de rehabilitación y fisioterapia en no en menos de 17 ocasiones, imputándole por tales hechos un delito de estafa y usurpación del estado civil.

Durante la investigación policial también se pudo comprobar que uno de los imputados en la trama estaría presuntamente relacionado con la venta y distribución de prendas deportivas falsificada de conocidas marcas.

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