El secretario de Organización del PSdeG, Pablo García, ha asegurado que los pactos con el BNG "siguen siendo útiles" y ha achacado la ruptura de varios de ellos, a la altura de la mitad de mandato tras las elecciones celebradas en 2011, a las "dinámicas locales".

Los socialistas rompieron recientemente el pacto de gobierno con los nacionalistas en el municipio coruñés de Culleredo, después de que el grupo de independientes, escindidos del PSdeG, decidiesen unirse de nuevo a los socialistas, lo que le da la mayoría absoluta en este municipio a esta formación.

Al margen de esta cuestión, se han roto otros pactos de gobierno como en Ourense, tras la detención del exalcalde, Francisco Rodríguez, en el marco de la Operación Pokémon, al igual que ocurrió en Lugo, por la imputación del actual regidor, Xosé Clemente López Orozco. Además, después de las elecciones de 2011, el Bloque ya se quedó fuera de gobiernos como el de Vigo liderado por Abel Caballero, mientras el pacto sólo se mantiene en Pontevedra como ciudad más relevante, y en este caso, con un alcalde del BNG.

En este contexto, Pablo García ha desvinculado unos casos de otros y, en el caso de Culleredo, ha remarcado que ha sido "muy especial y muy gratificante", más si cabe en "estos momentos", y ha incidido en que se trata de volver a sumar a compañeros que ya habían formado parte del PSdeG.

Por ello, ha subrayado que su formación "no cambia al BNG por otro grupo para gobernar", sino que ahora suma más concejales, y ha destacado que tampoco "pone en cuestión lo fructífero" de la coalición de gobierno hasta ahora.

"Estamos satisfechos con los acuerdos que tenemos con el BNG, donde fue posible, y donde se decidió", ha abundado Pablo García, quien ha asegurado que "no hay novedad, ni se modifica la filosofía ni valoración del sistema (de pactos)".

De esta manera, y al respecto de la reducción de pactos locales con respecto a otras etapas, el secretario de Organización ha incidido en que el PSdeG y el BNG fueron "transparentes" y se dejó "al ámbito local" la posibilidad de formar gobiernos o apoyar a un gobierno. "Son dinámicas locales, no me niego a ese análisis, pero no hay una directriz común", ha resuelto.

"transparentar" y asumir errores

Por otro lado, después del debate en el pleno de Ourense en el que su alcalde, Agustín Fernández, se salvó la reprobación impulsada por los populares, después de que trascendiesen gastos en comidas y alcohol, gracias a los votos del BNG que pidió a cambio que dimisiones y la devolución del dinero, el secretario de Organización subrayó que se está "hablando desde el primer día" y que "cuando haya novedades, se comentarán".

A este respecto, Pablo García ha señalado que en esta cuestión "hay dos portavoces", el alcalde y el secretario xeral del partido, Pachi Vázquez, y se ha remitido a las declaraciones que ambos hagan a este respecto.

Con todo, el dirigente socialista ha señalado que "independientemente de que todas las personas cometen errores", estos hay que "rectificarlos" y hay que "transparentarlos" y, "de alguna forma, asumirlos". Pero, ha manifestado, los ourensanos "siguen teniendo un gobierno que, independientemente de errores, tiene virtudes".