La consejera andaluza de Presidencia e Igualdad, Susana Díaz, ha confiado este viernes en que el retraso en la aprobación de la reforma educativa signifique que el Gobierno central tiene voluntad de diálogo y acuerdo, y no sea fruto de "la presión en la que se ha visto inmerso por tener demasiados conflictos abiertos".

En declaraciones a los periodistas, ha expresado su deseo de que el Gobierno tenga una voluntad clara y nítida de llegar a un acuerdo, porque no se puede poner sobre la mesa una reforma de ese tipo, de espaldas a la comunidad educativa y a los partidos del arco parlamentario.

Esa reforma educativa, según ha insistido, lo que pretende es segregar a los niños desde edades más tempranas y volver a una educación que hace mucho tiempo quedó atrás.

Susana Díaz ha manifestado que si el Gobierno, retrasando la aprobación de la reforma, lo que pretende es ganar tiempo para ir solucionando esa cantidad de conflictos abiertos, estará en una actitud "trilera, con la que se persigue calmar los ánimos del momento, pero sin ninguna voluntad de acuerdo y solución".