Un juez de instrucción de Barcelona investigará a diversos agentes del orden público de los Mossos d'Esquadra por el desalojo de una nave industrial del barrio del Poblenou de Barcelona el pasado mes de enero.

Cinco de los ocho ocupantes del espacio se querellarán contra la actuación policial, y ahora el juez ha admitido a trámite la querella por delitos contra la integridad moral y lesiones. Los ocupantes fueron arrestados y denunciados por usurpación de domicilio y resistencia a la autoridad, pero denunciaron a los agentes por la actuación policial y el trato recibido.

Ahora la denuncia de los ocupantes ha sido admitida a trámite y acumulada a la denuncia policial. Aunque la querella también lo era por los delitos de violación de domicilio y coacciones, estos dos delitos han sido desestimados por el juez instructor.

La nave ocupada está situada en el número 47 de la calle Sancho de Ávila esquina con el pasaje Ratés, cerca de la plaza de las Glòries, donde un grupo de personas se habían instalado para vivir. El desalojo se llevó a cabo después del aviso de un vecino y la denuncia del propietario del edificio, cosa que hizo que los Mossos actuasen immediatamente porque consideraban que era un delito flagrante.

Pocos días antes, la Guàrdia Urbana ya desalojó a 47 personas que habitaban en un asentamiento irregular en dos naves industriales también del Poblenou, concretamente en la calle Zamora. El desalojo se hizo también después de una denuncia de la propiedad y la detección de deficiencias de seguridad de los edificios.

Los ocupantes de la nave bloquearon la entrada con palos y diversos objetos para impedir que la policía procediese al desalojo. La policía denuncia que, cuando los agentes pudieron finalmente acceder al interior, los ocupantes habrían actuado "de manera agresiva y violenta lanzando palos y piedras", así como también una mezcla de producto químico que provocó una nube de gases e importantes irritaciones en los ojos.

Un agente usó un esprai de pimiena de autodefensa después de ser agredido con el lanzamiento de este producto tóxico. El uso de este espai de pimienta está reglamentado en situaciones de riesgo o en defensa propia, según recuerda la policía catalana.

Pero la versión de los ocupantes es bien diferente, ya que acusan a los agentes de lanzar el esprai sin motivo, ya que los subsaharianos no ofrecían resistencia, y posteriormente habrían sido objeto de golpes y patadas por parte de los policías.