¿Cuántas visitas tiene en su día de consultas?

Tengo siete primeras visitas a la semana, pero siempre dejo un cupo abierto para enfermos oncológicos, que tienen prioridad absoluta y vienen cuando quieren. Veo a unos 20 o 30 enfermos al día, más las llamadas telefónicas, que son continuas. Además, cuando lo necesitan, pueden venir sin cita.

¿Por qué se ocupa de estos enfermos?

Sólo por la satisfacción personal, porque veo cómo viene la gente y cómo cambia su vida.

¿Cuándo empezó a interesarse por el dolor?

Comencé pensando en los pacientes de oncología, que sufren mucho y se les puede ayudar a vivir mejor. No había tratamiento adecuado y tenían que convivir con el dolor. Hoy, el que tiene dolor es porque quiere, sea el paciente que sea, pues hay muchos medios para eliminarlo.

¿Qué medios necesitaría para atender correctamente a sus pacientes?

El problema es que soy anestesiólogo, y es un lujo dejarme al frente de la unidad del dolor.

¿Cuándo comienza a notarse el tratamiento?

Depende del enfermo, algunos lo notan en dos meses y otros a los seis. En todo caso, a la mayoría nunca se les da de alta, les veo una vez al año y les digo que vengan siempre que lo necesiten.

¿Le ayudan en el Hospital de Sant Joan?

Pues cada vez más. De hecho, ahora me han autorizado a operar un día a la semana.

Bio

Nació en Alicante. Es anestesiólogo y coordina la unidad del dolor del Hospital de Sant Joan de Alicante.