El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, ha advertido que Galicia "no puede aceptar que se le perjudique por ser cumplidora" y ha rechazado "la arbitrariedad" en el reparto del déficit entre comunidades, al tiempo que ha pedido que se apliquen "criterios objetivos" y se ha mostrado convencido de que "la inmensa mayoría de presidentes autonómicos" están "de acuerdo" en ello.

"Criterios objetivos, sí; arbitrariedad en el déficit público, no", ha sentenciado en la rueda de prensa posterior al Consejo de la Xunta, en la que ha defendido que la postura de la Xunta es "muy razonable", tras declararse conocedor de que hay autonomías "en situación crítica". "Y seremos los primeros solidarios con estas comunidades, pero todo debe basarse en criterios de objetividad; sólo pedimos eso", ha aseverado.

No en vano, ha advertido de que Galicia "no puede aceptar que se le perjudique por ser cumplidora" y que "se beneficie sin causa los incumplimientos".

Al tiempo, ha explicado que lo que planteó la Xunta en la comisión de trabajo activada es "concretar una serie de objetivos" para el reparto y ha citado, por ejemplo, "peso poblacional, peso de la población ajustada, peso de los ingresos corrientes en cada comunidad o la población corregida en función del PIB per cápita".

"Cualquier criterio objetivo a favor de buscar una solución y atemperar las dificultades que pasa el Estado autonómico y, muy especialmente las comunidades del Mediterráneo", ha subrayado el presidente, convencido de que "la inmensa mayoría" de sus colegas autonómicos comparten que el sistema debe articularse "en términos de objetividad y no de arbitrariedad".

En cualquier caso, ha apuntado que por el momento "no hay más novedades" sobre el sistema de financiación y ha reivindicado un modelo "multilateral" pactado "entre las 17 autonomías". "Aprendimos de los errores del pasado", ha reflexionado, antes de recordar el "cambio" por parte del Gobierno de Zapatero de un sistema consensuado "que funcionaba" por uno pactado de forma "bilateral" con Cataluña con el que Galicia siempre ha sido crítica.