«Los empresarios», afirma el secretario de la Federación de Hostelería de Granada, Antonio García, «están muy parados con esto de la normativa y muchos han quitado hasta las máquinas porque dicen que serán un trastorno y un motivo de sanciones constantes. Algunos piensan que no les merece la pena».

Y es que, a partir del 1 de enero, para comprar tabaco tendremos que decirle a la persona que esté detrás de la barra que active la máquina con el mando a distancia (se hace para evitar que los menores adquieran tabaco).

La normativa, tarde

Las peticiones para instalar el aparato no son demasiadas. «Las solicitudes han comenzado en noviembre porque la normativa es del 26 de septiembre y ha tardado en llegar con claridad al colectivo», afirma Salvador Muñoz, responsable de distribución de Azkoyen en Granada. De momento, esta empresa tiene peticiones del 20% de sus clientes, que se ejecutarán en las próximas semanas.

GM Vending tampoco ha colocado ningún dispositivo en la capital granadina. «Comenzaremos la ronda hoy lunes», matiza su responsable, Manuel Carrillo.

Las peticiones en Jofemar van más o menos por el mismo camino. «La gente está esperando a ver qué pasa con la ley, porque ahora dicen que habrá una moratoria de seis meses y muchos hosteleros aún no se han decidido», asevera José Manuel Fernández, distribuidor en la provincia de esta empresa.

El precio depende de la distancia

El precio de instalación del  mando a distancia en las máquinas de tabaco dependerá de los metros que haya entre la barra y la expendedora. El gasto ronda los 200 euros, pero puede subir hasta los 600 si se trata de un salón amplio. Cambiar la máquina por completo e instalar una con la nueva tecnología integrada ronda los 2.000 euros. El motivo es más que suficiente para que algunos empresarios hayan decidido dejar de vender tabaco. Los que opten por no hacer nada deberán apagar la expendedora y tampoco podrán vender en el mostrador, porque está prohibido desde este año.