Ofensiva antibotellón en Madrid: "Las multas dan miedo, pero la gente seguirá bebiendo"

  • Coincidiendo con el buen tiempo, el Ayuntamiento disolvió este fin de semana los primeros grandes botellones entre la Plaza de España y Moncloa.
  • Más de un centenar de agentes impusieron hasta 621 denuncias que implican multas de entre 500 y 600 euros.
  • La Policía Municipal tiene previsto repetir el despliegue próximamente.
Dos agentes de la Policía Municipal de Madrid se dirigen a un grupo de jóvenes para instarles a abandonar el botellón.
Dos agentes de la Policía Municipal de Madrid se dirigen a un grupo de jóvenes para instarles a abandonar el botellón.
Ayuntamiento de Madrid
Dos agentes de la Policía Municipal de Madrid se dirigen a un grupo de jóvenes para instarles a abandonar el botellón.

La alcaldesa Ana Botella la ha emprendido contra los bebedores callejeros. El pasado fin de semana, coincidiendo con la primera oleada de buen tiempo tras el invierno, el Ayuntamiento de Madrid estrenó un dispositivo de gran envergadura destinado a prevenir que se celebren botellones masivos en la capital.

Alrededor de 120 agentes patrullaron una de las zonas de la ciudad donde este fenómeno es más acusado, la que va desde la Plaza de España hasta el Faro de Moncloa pasando por el Templo de Debod y el Parque del Oeste. El resultado fueron 621 multas por valor global de unos 300.000 euros.

A la vista de su correcto funcionamiento, el Ayuntamiento prevé repetir el operativo en los próximos días. Sin embargo, sus métodos no parecen disuadir del todo a los habituales de esta práctica.

"Si no molestas, no sé por qué no se puede"

"Las multas hacen que te lo plantees, porque te da miedo que te metan 600 euros, pero la gente va a seguir bebiendo en la calle. A mí me parece que, si no perjudicas a nadie, como en los parques, no pasa nada. Con los precios que hay en los bares, el cine o los conciertos y con la crisis, tampoco es que nos den otra alternativa de ocio", justifica a 20minutos A.V., de 26 años.

Ella y sus amigos estuvieron entre los 'desalojados' del sábado, mientras aprovechaban la subida de temperaturas para "estrenar" la temporada en el Parque del Oeste. Según su testimonio, los agentes fueron pacientes, pero contundentes.

"Eran la 1.30h y llegaron unos diez policías apuntándonos con las linternas a la cara y diciendo que nos fuésemos. Antes ya habían estado toda la noche yendo y viniendo, arrinconándonos, hasta que decidieron que era hora de que nos marcháramos. Llegaron a meterse entre los arbustos a buscar a los que estaban orinando. Tampoco era necesario, fueron un poco chulos", relata.

J.S., de 22 años y que estudia en la Complutense, se encontraba casi a la misma hora en el Paseo de Pintor Rosales: "Creíamos que nos iban a decir que no dejásemos nada tirado al acabar, como nos habían pedido otras veces, pero esta vez no nos dejaron ni llevarnos las botellas. Tuvimos que tirarlas y, aun así, nos cogieron los datos. No molestábamos a nadie porque solo estábamos tres amigos".

Al grupo de S.P. (23 años), tampoco le sirvió intentar dialogar con los agentes que 'barrieron' el Templo de Debod.

"La mayoría de la gente solo estaba charlando y bebiéndose un mini. Cuando vimos que empezaban a poner multas nos levantamos a hablar con ellos, pero nos pararon y nos pidieron el DNI. No sé si me llegará multa o qué. Lo que no puede ser es vender garrafón en los bares a 6 euros y que no pase nada mientras se nos multa a nosotros. Nos esconderemos mejor si hace falta para poder tomarnos una cerveza tranquilos", se queja.

Problema endémico

El consumo de alcohol en la calle se ha convertido en un problema endémico de la capital, una ciudad que atrae a los turistas por sus zonas comerciales y sus museos, pero también, y en gran medida, por su ocio nocturno, sea fuera o dentro de las discotecas.

Ante las continuas quejas de los vecinos y los empresarios del ocio nocturno, el Ayuntamiento asegura que desarrolla una "constante vigilancia y prevención".

La ley prevé sanciones de 500 euros para los menores y 600 euros para aquellos que tengan más de 18 años y sean cogidos in fraganti de botellón. Además, desde junio de 2012 ya no es posible conmutar el castigo por trabajos en beneficio de la comunidad, según la última modificación de la ley regional. También castiga a los lateros, vendedores ambulantes que se han convertido en parte del paisaje madrileño.

La presión policial parecía haber surtido efecto, desplazando a los jóvenes, como publicó 20minutos, hacia la periferia. Sin embargo, la llegada de la primavera ha provocado que el centro de la ciudad vuelva a convertirse en punto de encuentro.

Para evitar que la situación se repita, el Consistorio tiene previsto movilizar de nuevo el próximo fin de semana a agentes de los distritos de Centro y Moncloa apoyados por el Escuadrón de Caballería, la Sección Canina, las Unidades Centrales de Seguridad y la Unidad de Apoyo a la Seguridad.

Las patrullas comenzarán sobre las 19.00 horas y concluirán de madrugada, informó un portavoz municipal.

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