Sobre el escenario, un lema: "Muchos hablan, pocos riman, solo los mejores improvisan". Debajo, el madrileño Chuty asesta un pareado cruel a su adversario, un chaval de pómulos cóncavos: "Se llama Hidalgo porque ese niñato, ahá, está enganchado al caballo". El público celebra la ocurrencia con un "ohhhhhh" profundo, el mismo que repetirá más tarde cuando El Destro, menudo, se defienda a codazos verbales de Cerbatán ("Te metes con mi altura, ya lo sabía, yo con tus entradas prematuras"). O en el momento en el que Bob, desde la gallera barcelonesa y tras encajar una hilera de insultos rimados sobre su sobrepeso, reduzca a su contricante (E.N.P) tachándole de hipster. Todo al ritmo de la base musical.

Así son las cosas en una batalla de gallos, "un combate lírico que se juega cuerpo a cuerpo" y en el que "te zurras, te zurras y te zurras pero, al final, todos se dan la mano", explica el popular rapero Dobleache, jurado de varios de estos actos que organiza Red Bull y que han vuelto a celebrarse en 2013 tras una larga temporada (cuatro años) fuera de juego.

El regreso de una fórmula que en los últimos tiempos ha inspirado a otros sectores, como el rock o la poesía, ha sido bienvenido. Arkano, ganador de la Red Bull Batalla de los Gallos 2009 y jurado de las actuales semifinales del mismo evento que acaban de tener lugar en cinco ciudades españolas, enumera los ingredientes que debe reunir un buen gallo: "Rimar con flow y estilo, desprestigiar al otro de una manera ingeniosa y sin recurrir al insulto fácil, y lograr que el público se alborote". La audiencia, por su parte, también sabe lo que quiere: "Sangre, que los participantes vayan al cuello", confiesan dos aficionados.

Pero ¿cómo llevar a cabo este cometido con brillantez e, incluso, elegancia? Chuty, MC en su tiempo libre y estudiante de Administración de Empresas a diario, explica que justo antes de empezar un 'asalto' es esencial hacerse un examen del contrario y apuntar mentalmente sus defectos. Estos, "exagerados hasta el extremo", serán los que articulen el discurso posterior. Pero "hay defectos y defectos", advierte Chuty, que señala el de la gordura como uno de los más jugosos y "con los que los asistentes gritan más".

Lo que no es correcto es utilizar coletillas preparadas previamente en casa: se trata de improvisar. Sobre este aspecto incidía el torneo que hace un lustro creó el rapero JS y que bautizó como ¿Preparado? No, gracias, para recordar que irían a la caza de los que tiran de libreto.

Otro requisito para ser un buen gallo es la capacidad para aguantar con entereza toda clase de improperios, algunos dirigidos contra la propia madre o la novia. Hay que aparentar que a uno le resbalan, porque si ven que flaqueas, "vas fuera".

Afortunadamente, estos 'ataques' no crean enemigos: "El escenario te da la oportunidad de soltar todo tipo de ideas sin crear resquemor", reflexiona El Destro (nombre artístico de Fernando Sarmiento). Junto con Chuty, concursará en la final nacional de la Red Bull Batalla de los Gallos que se disputará el día 6 de julio en Sevilla.

El buen rollo es fundamental, coinciden todos. Incluso se respira en el mar de capuchas con olor a suavizante que dominan entre el público casi adolescente.  Tras cada batalla, los gallos se funden en un fuerte abrazo con el compañero que les acaba de humillar. Y parecen sinceros.

Aunque en los últimos años las competiciones de rap han corrido una suerte desigual, su receta puede intuirse en otras disciplinas. El slam poetry, que se celebra en España desde 2006, plantea luchas de rimas poéticas en las que los participantes disponen de tres minutos para recitar un poema de cosecha propia y convencer al público de su superioridad frente el resto de intérpretes.

También el concurso anual e internacional Hard Rock Rising se anuncia como la "Batalla de Bandas entre grupos emergentes de todo el mundo", si bien aquí el género que predomina es el rock y no existen réplicas entre los grupos participantes, que se limitan a presentar sus temas durante unos 20 minutos. Sin embargo, el público de este certamen, repleto de amigos y seguidores de las formaciones, sí comparte con el de las competiciones de gallos su entusiasmo, observa el periodista Darío Manrique, jurado el pasado mes de marzo de la semifinal madrileña.

En cuanto a la improvisación, esta es clave en el  freestyle dancing (danza urbana que no responde a una coreografía previamente planificada) y que protagoniza certámenes de diferentes categorías.

Por su parte, los danzas de hip hop (que se practican de pie y, por lo tanto, se diferencian del bboying), disponen de sus propias batallas internacionales como el Juste Debout, que en 2012 pasó por Barcelona.

Apenas hay rostros femeninos entre los gallos. El de la joven Kane es uno de ellos. La MC madrileña nos da su opinión tras participar en una de las semifinales de Red Bull.

¿Por qué hay tan pocas mujeres que improvisen?

Creo que porque la humillación y la agresividad que se dan en las batallas se relacionan más con el hombre que con la mujer.

¿Tienen reparos los chicos a la hora de enfrentrarse a una chica?

Alguna vez. Además, creen que una mujer no se va poner a su nivel y que no va a ser tan dura. Pero sí puede, todo es echarle ganas.

Te han puesto fina sobre el escenario. ¿Cómo aguanta una sin inmutarse?

La cuestión es que la competición se quede en la tarima y no baje de ahí. Sabemos a lo que venimos y no tenemos nada en contra del resto de participantes porque en realidad no les conocemos.

¿Cómo empezaste en esto?

Me encanta el rap, me gusta la música y me lo paso bien improvisando. Me sirve para descargarme cuando lo necesito.

¿Utilizas alguna técnica?

Simplemente, sentir la música y dejarme llevar. Y leer, escuchar canciones... para ampliar vocabulario. Eso te permite decir cosas con sentido y de forma diferente.

Flow (tener): Buen ritmo, capacidad de rimar sobre una base musical con fluidez y estilo.

Freestyle: traducido literalmente, estilo libre. Se refiere al arte de improvisar.

Gallera: Tarima o escenario donde transcurre la batalla de gallos.

Gallo: MC o cantante de rap que participa en la batalla.

Ruido: Aplausos, silbidos u ovación que dedica el público a los participantes durante el acto.