Cooperativas Agroalimentarias cifra en 6.000 las hectáreas de cultivos dañadas en Extremadura por lluvias y desembalses

Cooperativas Agroalimentarias de Extremadura ha cifrado en unas 6.000 las hectáreas de cultivos que han resultado dañadas en la región "por las incesantes lluvias y las inundaciones por los desembalses de los ríos".

Cooperativas Agroalimentarias de Extremadura ha cifrado en unas 6.000 las hectáreas de cultivos que han resultado dañadas en la región "por las incesantes lluvias y las inundaciones por los desembalses de los ríos".

Estas son las primeras previsiones realizadas por los servicios técnicos de Cooperativas Agro-alimentarias Extremadura, en un informe elaborado para "evaluar los daños ocasionados en las distintas producciones y zonas por las intensas y persistentes lluvias de las últimas semanas".

Señala esta agrupación en nota de prensa que las "incesantes lluvias" y las "inundaciones por los desembalses" de los ríos han ocasionado "cuantiosas pérdidas en el campo", aunque considera que "aún es pronto para evaluar la totalidad de los daños, porque a día de hoy todavía hay parcelas que continúan inundadas".

En este sentido, ha señalado que las inundaciones provocaron desde el primer momento "cuantiosas pérdidas directas" entre las que cita el arranque y muerte de plantaciones, daños en infraestructuras, arrastre de canales y acequias, desaparición de caminos, carreteras, instalaciones de riego.

Además, hay "daños indirectos, de difícil cuantificación" como son los daños parciales en plantaciones de frutales, que en estos momentos estaban floreciendo, o el arrastre de la tierra arable, retrasos en las siembras de los principales cultivos de la región, imposibilidad de cumplir los contratos de siembra establecidos con las industrias en algunos cultivos como la patata, señalan las cooperativas.

FRUTALES,

Los más afectados

Destaca que los cultivos más afectados han sido las plantaciones de frutales, en distintos grados, ya que los desbordamientos de ríos "han provocado el encharcamiento de muchas parcelas, que estaban en estado de avanzada floración o en los primeros momentos del cuaje".

Explica esta agrupación que "existen parcelas de todo tipo, parcelas donde el río ha arrancado los árboles y se ha llevado parte o toda la tierra arable", y en las que "como mínimo, será necesario cambiar todos los equipos de riegos y goteos", hasta parcelas que "después de ser inundadas han tenido que enderezar los árboles y limpiarlos de los restos vegetales que arrastraba el agua".

Además, apunta que "no se han podido realizar los tratamientos adecuados, lo que podría provocar una eclosión de hongos que ligados a la humedad, recortarían la producción de la próxima cosecha de fruta".

Otra producción bastante afectada es el tomate, en el que "aunque no se pueden constatar daños directos, salvo en algunos invernaderos", ha señalado que "a día de hoy, no se ha podido sembrar ni una sola hectárea de este cultivo" y ni siquiera se ha podido entrar en las parcelas para realizar las labores necesarias para preparar la tierra, "cuando lo normal es que en estas fechas se estuviera terminando de sembrar las plantaciones tempranas".

Toda esta situación "está provocando que muchos agricultores estén reduciendo las hectáreas de tomates que tenían comprometidas con la industria", de tal forma que en algunas zonas se están produciendo reducciones de superficie superiores al 30 por ciento.

Sin duda esto "afectará negativamente a las industrias, que necesitan un volumen mínimo de tomates para hacer rentable su actividad, provocado por los altos costes fijos, de personal, energía, financiación y de amortización", alerta Cooperativas Agroalimentarias.

Otros cultivos

Patatas y brócolis todavía no se han podido sembrar, ni aplicar abonos y otros tratamientos, lo que "complica la campaña agrícola para estos cultivos", y provoca que "los productores no puedan hacer frente a algunos contratos de compra de futuro que tenían formalizados con la industria o la gran distribución, con las consiguientes penalizaciones y pérdidas de mercados".

En otros cultivos como las siembras de otoño de espinaca, brócoli y patatas "se han perdido las producciones debido a la persistencia de las precipitaciones e inundaciones", asegura esta agrupación.

Por otra parte, aparece el problema de la pérdida de tierra arable. El agua por los desembalses "ha invadido de forma virulenta muchas parcelas arrastrando la tierra fértil", por lo que ha quedado "solamente la suela de labor en el mejor de los casos", ya que en otros, según explica, ha depositado en las parcelas cantidades enormes de grava dejando inutilizadas las parcelas, o ha realizado auténticas pozas en medio de las tierras, que aún no se sabe la profundidad que tendrán.

Todas estas explotaciones tendrán que asumir grandes gastos de nivelaciones y adecuación del terreno, avanzan las cooperativas.

INFRAESTRUCTURAS

Con respecto a las infraestructuras, el agua ha provocado la "desaparición" de canales, caminos, puentes, desagües, y ante esto, "el principal problema es la falta de tiempo para reaccionar y arreglar los canales de riegos, desagües, limpieza y acondicionamiento de parcelas".

En conclusión, ha aseverado Cooperativas Agroalimentarias que "nunca" había acaecido "un daño tan enorme" en este momento de la campaña, en el que se tendrían que haber sembrado todos los tomates tempranos, estar terminando de sembrar los maíces, girasoles, garbanzos, guisantes, patatas.

Por todo ello, los agricultores extremeños confían en que el año agrícola "pueda salvarse aún si para de llover", aunque son conscientes de que el momento en que se han producido los daños "les deja poco margen de maniobra para reaccionar y salvar todos los obstáculos, provocando un aumento de la incertidumbre sobre los daños presentes y futuros".

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